_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Comunistas

Miguel Ángel Villena

MIGUEL ÁNGEL VILLENA Voces se han escuchado en los últimos días que pedían consenso e integración en Esquerra Unida. ¡Qué gracioso! Cuando ya sólo quedan comunistas y algún ornato socialista como el Pasoc en esta coalición de izquierdas, algunos dirigentes apelan al frente amplio. ¡A buenas horas mangas verdes! Una década después de que las siglas de Esquerra Unida agruparan en el País Valenciano a todos esos sectores y movimientos plurales que se mueven a la izquierda de la socialdemocracia, los líderes hacen un llamamiento a la unidad. Llegan lamentablemente un poco tarde porque, en apenas unos años, nacionalistas de izquierda, ecologistas, pacifistas y renovadores de todo tipo han roto con la coalición. En realidad, los que han aguantado estoicamente han sido los guardianes de las esencias. Nacida al calor de las manifestaciones contra la OTAN en 1986, Izquierda Unida anticipó la necesidad de un aggiornamento, de una puesta al día, de los proyectos comunistas en Europa. Tres años después de aquella apuesta que encabezaron Gerardo Iglesias, en toda España, y Albert Taberner, en el ámbito valenciano, caía el muro de Berlín. A partir de ahí las que parecían inexpugnables fortalezas del proletariado en la Europa oriental se derrumbaban como un castillo de naipes. Desde entonces, todos aquellos que aspiran a una política que vaya más allá de los lavados de cara socialdemócratas aguardan una explicación, algún análisis, ese ejercicio de la crítica y la autocrítica tan querido por los comunistas. Pero ni el más mínimo debate han ofrecido los seguidores de Julio Anguita y así el gran timonel cordobés se ha convertido, no por casualidad, en el único responsable comunista occidental que ha seguido impertérrito en su puesto. Entretanto, franceses o italianos trataban de adaptarse a una realidad que poco tenía que ver con el panorama de la guerra fría. Ahora, cuando ya está descartado el famoso sorpasso y la coalición parece anclada en un 10% de los votos, el sustantivo izquierda corresponde a la noche de los tiempos y el adjetivo unida invita al sonrojo. Una lástima.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_