Josema de la jungla
Ante el tono habitual en la práctica totalidad de las telecomedias españolas, estoy pensando seriamente en redactar un prototipo de reseña que introducir en el ordenador y al que recurrir cada vez más que se estrene un nuevo (¿nuevo?) producto en las cadenas públicas y privadas. Me bastaría con dejar unas líneas de puntos en las que poder colocar los nombres de los actores y un apunte de la sinopsis. Aunque tal vez ni eso sería necesario, ya que los protagonistas de nuestras telecomedias parecen a menudo miembros de una compañía estable y hay series cuyos conceptos o son idénticos o resultan intercambiables (pensemos en Tío Willy y Ada madrina, sin ir más lejos).Estas reflexiones me hacía la noche del martes mientras me tragaba Mediterráneo (Tele 5). Pensaba en lo que podría escribir al respecto y me deprimía al llegar a la conclusión de que me iba a salir la reseña de siempre: un guión flojo, unos chistes bastante malos, unos buenos actores desaprovechados, un realizador eficaz no menos desaprovechado y, en suma, esa persistencia en el error que sólo lo es para gente como quien esto firma, ya que los sondeos de audiencia suelen demostrar que este tipo de productos conecta con el público. Conclusión: nos pongamos como nos pongamos los que esperamos algo más de la telecomedia española, esto es lo que hay. Mediterráneo es lo mismo de siempre, pero en exteriores y con un gancho ecológico. La acción transcurre en una reserva natural financiada por un millonario (José Luis López Vázquez) que, harto de que el gandul de su hijo (Josema Yuste) lleve toda la vida sin dar un palo al agua, lo coloca al frente del asunto. Esto sienta muy mal a la eficaz zoóloga (Ana Duato, esa actriz a la que se le intuye un alma que nunca aflora en los productos que la alimentan) que se ocupa de la reserva, pero hace feliz al chapuzas de la zona, que es un machista de cuidado aunque muy buen tío, seguro (Jesús Bonilla, un actor tronchante a poco que le ayude el guión). La zoóloga confunde al hijo del millonario con un veterinario al que lleva tiempo esperando (los dos se llaman Ricardo), y ya tenemos las bases para lo que, se supone, será una historia de amor entre Duato y Yuste que se desarrollará a lo largo de próximos capítulos.
Con una música que recuerda a la de la película Hatari, un look colorista y unos secundarios muy dignos (aprovechemos para saludar el regreso de la estupenda Diana Peñalver), Mediterráneo es una telecomedia ligera más, sin mordiente ni originalidad, que, precisamente por eso, puede arrojar excelentes resultados comerciales.
[Mediterráneo obtuvo una cuota de pantalla del 24,2%, con 4.275.000 espectadores.]
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