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Tres generaciones de artistas estadounidenses de posguerra exhiben su poderío en Barcelona

Tras el diluvio de la segunda gran guerra europea, desembarcaron los norteamericanos y en su arca decidieron llevarse el cetro de la capitalidad del arte a Nueva York, en donde dominaron la corte los artistas Pollock, De Kooning, Jasper Johns, Warhol y Lichtenstein. Esta historia de tintes casi bíblicos es la que se explica en la exposición Made in Usa (1940-1970). Del expresionismo abstracto al pop, que desde hoy y hasta el 28 de marzo puede visitarse en el centro de exposiciones de la Fundación La Caixa en Barcelona, el Palau Macaya, cuya entrada es ahora gratuita.

Made in USA se ha organizado como respuesta a Després del diluvi, una amplia panorámica del arte europeo de posguerra que la misma entidad presentó en 1996. Tienen el mismo comisario, Thomas M. Messer, quien para la actual exposición ha contado con la colaboración del especialista Irving Sandler, y se diferencian en el hecho de que la dedicada al arte europeo intentó abarcar todas las disciplinas y tendencias y la de arte estadounidense se ha centrado en la pintura y, dentro de ella, en unas tendencias concretas como son el expresionismo abstracto en su vertiente gestual y el pop art. La exposición, espectacular por la importancia de las obras que se han podido reunir en un montaje cronológico que permite disfrutar de las piezas y entender al mismo tiempo la evolución histórica, abarca 30 años y 3 generaciones de artistas. Comienza con una sala dedicada a Hans Hofmann, Willem de Kooning y Arshile Gorky, artistas todos ellos de origen europeo que sirvieron de puente entre las dos tradiciones. La siguiente sala presenta la primera generación de maestros genuinamente estadounidenses, Franz Kline y Jackson Pollock, de la que se exhiben piezas de pequeño tamaño, aunque representativas de su trabajo. Les siguen en otra sala las grandes pinturas de Robert Motherwell, Clyfford Still, Philip Guston, Lee Krasner y Jack Tworkov, ejemplos cada uno a su modo de la nueva sensibilidad que suponía el expresionismo abstracto por el predominio del gesto violento y casi automático sobre el lienzo y la ausencia completa de figuración. Tras ellos se presentan las obras de los artistas de la segunda generación de posguerra, conocidos como la Escuela de Nueva York, que se encuentran repartidos en dos salas para marcar claramente los diferentes momentos de transición. Así, primero aparecen los artistas Sam Francis, Helen Frankenthaler y Joan Mitchel, que se mantienen aún en el espectro de sus antecesores, para otorgar después protagonismo a Robert Rauschenberg y Jasper Johns, los más revolucionarios de su generación y puente indiscutible con el pop art, que aparecen acompañados de Larry Rivers y Jim Dine. La última sala se centra en el pop-art, con significativas obras de Warhol, James Rosenquist, Tom Weesselman y Roy Lichtenstein, de quien se exhibe un gran tríptico que cierra la exposición.

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