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CAPITAL CULTURAL EUROPEA Cádiz 2012

Uno de los motores de transformación de las ciudades a lo largo del presente siglo ha sido la celebración de grandes acontecimientos de escala internacional. Desde el Londres de Paxton y el Cristal Palace hasta el París de Eiffel, la Sevilla de Aníbal González, la Bruselas del Atomium, la Barcelona de Foster y Calatrava, la Lisboa de Álvaro Siza. Las ciudades han aprovechado olimpiadas, exposiciones internacionales o campeonatos deportivos. Cada ciudad busca una dinámica de renovación interior y del promoción exterior. Es un fenómeno del siglo XX, muy criticado pero que ha demostrado su eficacia en la renovación de las ciudades. Estos acontecimientos son el momento para las infraestructuras, en colaboración con las diferentes administraciones. No hay que olvidar los siete puentes, la ronda, la nueva estación, el nuevo aeropuerto, las autovías y el AVE en Sevilla. El puerto y la ciudad olímpica, las rondas, las torres de comunicaciones y las instalaciones deportivas de Barcelona. En algunos casos, la concentración de inversiones desvertebra el territorio y hace que otras ciudades dejen sus proyectos a la espera. La combinación "acontecimientos-crisis-recorte presupuestario" ha sido el recorrido de la política inversora en la España de los noventa. Creo que muchos de los proyectos que esperan ver la luz en Cádiz deben dirigirse a preparar la ciudad para el 2012. Esto no significa, ni mucho menos, que hasta unos meses antes la ciudad deba esperar a la inversión pública. Quiere decir que, de aquí al referido año, Cádiz debe modernizarse y promocionarse para estar en la mejor de las situaciones de cara a esa fecha. En el 2012 se celebra el Bicentenario de las Cortes y la Constitución de Cádiz. Primer texto constitucional español y precursor de otras constituciones en Europa y América. Se trata, pues, de un acontecimiento que conmemora la libertad. Este Bicentenario debe celebrarse a la altura del hecho que conmemora. Para ello hemos propuesto que ese año Cádiz sea Capital Cultural Europea, que se celebre en la ciudad una cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica, como la celebrada el año pasado en Oporto. Hemos propuesto también que para esa fecha se haya terminado de tramitar la declaración del Casco Antiguo de Cádiz como Patrimonio de la Humanidad, galardón que ya poseen otras ciudades. El año 2012 debe ser el año de Cádiz. Y los 12 años que quedan hasta que llegue el primero de los días del referido año deben usarse para preparar la ciudad. En primer lugar, la mejora sustancial del Casco Antiguo: rehabilitar el centro histórico de Cádiz con una modernización y mejora de sus edificios para erradicar la infravivienda. Cinco mil viviendas del casco se encuentran en situación de precariedad. Para esa fecha, el conjunto dieciochesco gaditano debería estar remozado en su totalidad. Es preciso afrontar un proceso de mejora de los equipamientos culturales de la ciudad. Para ello nada mejor que usar los 10 castillos que defendieron Cádiz de los ataques durante siglos, en su mayoría abandonados. Se crearía así una red de centros culturales y museos dedicados a la historia del comercio, de la navegación, de las guerras navales, del tabaco y del Carnaval. Es posible localizar, rescatar, restaurar y exhibir un antiguo galeón de la Carrera de Indias, de las decenas que hay enterrados bajo el lodo de la Bahía de Cádiz, como muestra de esa magnífica página de la historia. Ya existe algo parecido con el Vasa en Estocolmo o el Mary Rose en Southampton. Para el 2012 debería existir en Cádiz un centro de estudios constitucionales, con un museo mejorado y ampliado sobre la Constitución del Doce y sus efectos en América y Europa. Para ello se puede utilizar la iglesia de San Felipe Neri, escenario de los debates de las Cortes, lugar de la promulgación de la Constitución y hoy abandonada por la Congregación Marianista. En este mismo lugar se podría dar cobijo a un Observatorio Mundial de la Libertad, gestionado por ONGs como Amnistía Internacional, Asociación Pro Derechos Humanos, etcétera, con la colaboración del Consejo de Europa y de la ONU. Se podría conseguir una ciudad moderna y habitable, equiparada a otras villas europeas que han combinado su legado histórico con la actividad económica, como Aharus, Rouen, Oxford, Carcassonne, Sicha, Lübeck, Bergen o Chester. La seña de identidad de Cádiz sería la libertad.FERNANDO SANTIAGO

Fernando Santiago es portavoz de Nueva Izquierda en el Ayuntamiento de Cádiz.

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