Borrell asegura que la mitad de su Gobierno estaría formado por mujeres

El candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, José Borrell, aseguró ayer que cree tanto en la democracia paritaria que la mitad de los miembros de su Gobierno serán mujeres. Lo dijo ante la plana mayor femenina de su partido, que estalló en aplausos a pesar de que previamente Borrell anunció que el PSOE no presentará su proyecto de ley sobre este asunto en esta legislatura. El citado proyecto prohibiría en las listas electorales que más de un 60% de candidatos fuera del mismo sexo.

A la jornada del PSOE titulada La democracia paritaria: liderazgos y estrategias para compartir el poder acudieron unas 200 militantes del partido -entre ellas, las más destacadas- y menos de una docena de colegas masculinos, si bien entre los que acudieron, además de Borrell, estaban el secretario general, Joaquín Almunia, su predecesor y ex presidente del Gobierno, Felipe González, y el diputado Luis Yáñez.Borrell anunció el compromiso de formar su Gobierno con un 50% de mujeres para demostrar que, con cuotas o sin ellas, su convicción sobre la democracia paritaria es firme.

La jornada del PSOE se produce en plena elaboración de las listas electorales de las próximas elecciones locales y autonómicas y el PSOE se enfrenta a la obligación de cumplir su norma interna de que no haya más de un 60% de candidatos de un mismo sexo en cada una de ellas. Una norma interna que va a suponer, según advirtió Micaela Navarro, secretaria federal de Participación de la Mujer, pasar de las casi 4.000 mujeres concejales socialistas que hay ahora en España hasta cerca de 9.000. Navarro ofreció un dato: el 70% de los nombres que cambian en las listas electorales de los partidos son de mujeres. Y expresó una queja: "A las mujeres se les deja fuera argumentando que no tienen peso político cuando resulta que éste sólo se obtiene estando, manteniéndose, en la política".

José Borrell aclaró al auditorio que los estatutos del partido no están en discusión y que, por tanto, se va a cumplir ese compromiso interno "no exento de dificultades" de que haya un máximo del 60% de candidatos de un mismo sexo, pero también advirtió de la inconveniencia de extender esta norma para convertirla en una ley de obligado cumplimiento para todos los partidos. Las mujeres del partido, que son las que alientan este proyecto, creyeron que se presentaría en el Parlamento en septiembre pasado. En diciembre, sin embargo, tuvieron que renunciar a llevarlo al Congreso antes de las próximas elecciones de junio. El anuncio de Borrell de ayer es una nueva moratoria. "No es pertinente presentarlo antes del final de esta legislatura", dijo el candidato. "Creo que es precipitado. En Francia ha sido necesario reformar la Constitución y yo no creo que haya que ser de derechas para plantear dudas constitucionales sobre las cuotas. Es mejor plantear el debate y quizá llegar a la conclusión de que hay que hacer como los franceses. Hay que estudiar con prudencia su engarce constitucional. No obstante, el proyecto formará parte de nuestro compromiso programático porque extender este valor, aplicado ya a nivel interno en el partido, es profundizar en la democracia".

En la jornada del PSOE, que se desarrolló en un hotel de Madrid, intervinieron miembros de la Ejecutiva como Micaela Navarro, Montserrat Reyes y Carmen Martínez Ten, eurodiputadas como Ludivina García Arias y Dolors Renau, y las ex ministras Rosa Conde, Matilde Fernández, Cristina Alberdi, Carmen Alborch y Ángeles Amador.

Todas ellas coincidieron en la importancia de incrementar la presencia de las mujeres en los partidos y las instituciones para mejor defender los intereses de las mujeres y profundizar en la democracia, aunque muchas se quejaron del poco interés que había suscitado la jornada entre los correligionarios masculinos. "Esto es como reunir a los curas para convencerles de la existencia de Dios", bromeó Felipe González.

Joaquín Almunia, encargado de clausurar la jornada, defendió también la democracia paritaria asegurando que ésta no supone sólo una cuestión numérica, sino que significa una reforma estructural, un cambio de gran calado social.