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Albero para adultos

Las verónicas de José Tomás o las banderillas de Luis Francisco Esplá han dejado de ser el tema de conversación entre los socios de la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña (FETC) desde que, el pasado diciembre, el Gobierno catalán aprobó el decreto ley que prohíbe la entrada de los menores de 14 años a las plazas de toros y que entrará en vigor el próximo 1 de abril. Las más de 25 peñas taurinas federadas pusieron el grito en el cielo cuando "un día", según cuenta el presidente de la FETC, Juan Segura, se levantaron "con la ley aprobada, sin dejar un tiempo para reflexionar sobre el tema o atender a otras alternativas". Segura se refiere, en este caso, a la solución que en junio del pasado año propusieron a los partidos políticos desde la FETC, cuando la proposición no de ley dio el salto al ruedo político. "En aquel momento, nos reunimos con el PSC, el PP y CiU y les ofrecimos una propuesta no tan radical: que los niños asistieran a los toros acompañados de un adulto", afirma Segura. Una solución que, según explica el presidente de la FETC, "cayó bien entre dichos partidos y nos dieron su palabra de que la apoyarían en el Parlament. Y de la noche a la mañana, y con el correspondiente incumplimiento de la promesa, CiU vota a favor, el PP y el PSC se abstienen y el Gobierno catalán aprueba el decreto en diciembre sin contar con la opinión de nadie", argumenta Segura. Pero los aficionados taurinos catalanes todavía no dan la faena por terminada. El jueves pasado, la FETC presentó un recurso contencioso administrativo contra una ley que, a juicio de su presidente, "no se ha creado para proteger al niño de la crueldad, sino para cortar de raíz todo lo que pueda hermanarnos con España". Ricardo Romero es catalán, vicepresidente de la FETC y un apasionado de los toros desde que su padre lo llevara a ver la primera corrida cuando tenía ocho años. "Yo era niño cuando vi a Manolete, y si de pequeño no hubiese ido a las plazas, nunca habría sentido esta pasión por la tauromaquia", asegura Romero, quien, como Segura, considera que la ley es fruto de una estrategia política. "Lo de Cataluña es un auténtico problema político; quieren proteger la cultura catalana sin contar con los toros, una fiesta que incluso llegó antes a Cataluña que a Andalucía", afirma Romero. Algunos socios aseguran que "lo del boxeo lo han metido dentro del mismo saco para tapar la estrategia política". Los taurinos argumentan para matar el decreto el hecho de que existan leyes como la que permite la asistencia de menores a salas de videojuegos acompañados de un mayor. Romero sostiene: "Consideramos que ese tipo de actividades es incluso más nocivo para los niños que ir a los toros". Además, asegura que "los padres son los que educan" y que "no arrastrarían nunca a su hijo a ver algo insano". E irónicamente dice: "¿Van a sacar dos rombos en la tele cuando emitan alguna corrida?". Segura, por su parte, afirma: "Científicamente, no se ha demostrado que ir a los toros incite a las personas al mal". "Si esto sigue así, nos vamos a quedar sin toreros como El Juli,que con 11 años mató su primera becerra y ahora tiene 16", exclama Romero, quien no para de preguntarse "cómo saldrán toreros como él si de pequeños no han visto a los maestros en la plaza". Y, para colmo de los aficionados, en Madrid se comienzan a oír propuestas semejantes a las de Cataluña. Algo que no parece inmutar a los socios catalanes de la FETC, pues, según afirma Segura, "en Madrid nunca llegarán a lo que han llegado aquí por dos razones: primero, la política catalana es muy diferente; y segundo, allí han tenido la delicadeza de abrir un debate social antes de tomar alguna medida". Lo cierto es que, a pesar de los esfuerzos que se hacen desde la FETC para evitar que salga adelante el decreto prohibitivo, el mayor apoyo lo tendrán cuando los empresarios de las plazas de toros decidan también recurrir. "Sabemos que la intención de los empresarios de las plazas de Girona, Lloret de Mar, Olot y Tarragona, por una parte, y de Barcelona, con Balañá, por otra, es la de presentar un recurso, al que suponemos que al final nos uniremos todos", afirma el presidente de la FETC.

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