Gregarios
DE PASADALas razones que avivan el espíritu gregario son tan inextricables como los renglones torcidos de Dios, aunque un estudio riguroso permitiría establecer una clasificación atendiendo a la naturaleza o los fines de las concentraciones humanas. Gregarismos sobrenaturales.- Los que responden a razones del Más Allá. Esta sería la única teoría válida para explicar por qué Ruiz de Lopera, don Manuel, provoca espasmos colectivos que se canalizan a través de grupos organizados, cuyas nominaciones parecen una variante del terrorismo de baja intensidad. Ejemplos: Lo que diga don Manué, peña manuelina más que bética nacida en Madrid, o Asociación de Admiradores de Don Manuel Ruiz de Lopera, que se distingue por desplegar una actividad intensa y vanguardista desde su sede de Castilleja de la Cuesta (Sevilla). La última gran iniciativa del gregarismo loperista es nítidamente sobrenatural: una misa en Almonte (Huelva) que aunará los rezos de la tribu para clamar por una larga vida del admirado. Rosario Solís, la presidenta, ejerce con maestría su papel de sacerdotisa mayor y combina las alabanzas al ídolo ("Ruiz de Lopera sólo hay uno y, por la gracia de Dios, es bético") con las soflamas iracundas. A Carmen Diz, concejal de Hacienda de Sevilla, le ha advertido que los béticos "tendrán muy en cuenta esa falta de respeto [no ha respondido sobre la marcha del expediente para bautizar una glorieta con el nombre del Gran Jefe] en las elecciones municipales". Gregarismos funcionales.- La función hace el órgano, o la disfunción, como el caso de la peña almeriense Corazón partío, donde se juntan dos veces al mes ex con el órgano roto para hacer terapia de grupo a la mediterránea (con excursiones y tapeos) y con estilo europeo (prohibido cotillear de la pareja responsable del estropicio cardiovascular). Gregarismos Ferroviarios.- Sólo existen como una abstracción en el imaginario colectivo, fruto de la coincidencia en el espacio y en el tiempo. Son, sin embargo, los que tendrían mayor razón de ser como organización de seres indispuestos contra Renfe. A saber: los usuarios de los trenes que trotan entre Almería y Madrid a la vertiginosa velocidad de 52 kilómetros por hora. UGT, seguro que sin mucho esfuerzo comparativo, sostiene que son los más lentos del Estado. Será que circulan por raíles torcidos como los divinos. TEREIXA CONSTENLA
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