Zoido rastrea las claves de la cultura andaluza a través de la historia
Antonio Zoido acaba de publicar Ni Oriente ni Occidente en Sevilla, en Signatura Ediciones. El objetivo de este libro queda bien reflejado en el epígrafe de su título: Viaje al centro de la cultura andaluza. Zoido, licenciado en Filosofía por las Universidades Gregoriana, de Roma, y Complutense, ha rastreado a través de un completo recorrido histórico las claves culturales que caracterízan las tierras del sur de la Península. En la introducción del libro Zoido es tajante a la hora de soltar una de las tesis fundamentales de Ni Oriente ni Occidente: "El maquillaje de Andalucía no es tan viejo, a mi entender, como han pretendido algunos: se remonta tan sólo al siglo XVIII". Zoido reforzó el pasado lunes en una entrevista la idea de que la cultura andaluza actual tiene sus cimientos en el siglo de la Ilustración. "La cultura andaluza de hoy no es árabe, ni judía ni romana... La cultura andaluza actual es, sobre todo, fruto de las cristalizaciones que se produjeron a partir del siglo XVIII, en un momento en que Andalucía pasó de ser un territorio importante a ser una tierra de segunda división. Cuando llegó la Ilustración, un enclave que fue el centro neurálgico del imperio español se fue quedando atrás", afirmó. "Las ideas de la Ilustración, como el mercantilismo y la industrialización, no calaron en Andalucía. Y esta tierra se fue retrasando. La cultura andaluza nació de la necesidad de conservar esos jirones como la única cosa que quedaba por conservar", aseveró Zoido. "Este fenómeno se extendió a España en el siglo XIX. España carecía de ingenieros, arquitectos, científicos... Los prohombres españoles echaron mano de la cultura andaluza y la convirtieron en el estereotipo de la Restauración. Es, por ello, que Giner de los Ríos se fue de Ronda y no volvió más. Giner de los Ríos vio que España se vendía al exterior a través de esa cultura andaluza. Vio cómo esto impedía que llegase la modernidad", concluyó el autor de Ni Oriente ni Occidente. El papel de los "cultos" El balance hecho en el último capítulo es triste, pero esperanzado. "El problema de la cultura andaluza es que no ha querido serlo. En parte, porque, como se ha dicho más atrás, vender su parte más fácil era, en muchas ocasiones, la única manera de sobrevivir y, en parte, porque, en la mayoría de los casos, la cultura de nuestros cultos ha sido y ha querido ser solamente cultura académica (bien ortodoxa, bien heterodoxa), sin vocación de pasar al campo de la divulgación y sin que, por otra parte, nadie pusiera en marcha agentes que la llevaran allí", escribe. Zoido lamenta que los estudios sobre los rasgos específicos andaluces se queden restringidos a las "cátedras universitarias" y "las colecciones de libros para eruditos". En cambio, estos rasgos de la cultura andaluza apenas figuran en "los manuales escolares" o en "los argumentos teatrales y guiones cinematográficos". En estas vías de enseñanza e información mayoritarias ha "predominado, más bien, el tópico", se queja. El libro de Zoido trata, precisamente, de acabar con esos tópicos que han contribuido a que mucha gente rechace la cultura andaluza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.