La galeria Echeberría presenta en San Sebastián obra gráfica de Picasso, Miró, Chagall y Matisse
La galería Echeberría de San Sebastián presenta hasta el 30 de enero una colección de obra gráfica realizada por Pablo Picasso, Joan Miró, Marc Chagall y Henri Matisse. La exposición reúne medio centenar de grabados, en su mayor parte de los dos autores españoles, que se pueden comprar a partir de 110.000 pesetas, aunque las piezas más caras llegan a superar los dos millones. "Hemos traído litografías y grabados porque es más asequible para el público, que pueden colgar en su casa un Picasso con un presupuesto inferior a las 200.000 pesetas".
Todos los grabados, una cincuentena de piezas, expuestos en galería Echeberría (calle Zubieta, 20) provienen galerías españolas y francesas. La propietaria de la galería, Julia Echeberría, afirma que les ha llevado un año y medio preparar la exposición por lo complicado que resulta verificar la autenticidad y garantizar que el número de obras supuestamente distribuidas se corresponda con la realidad. "Hemos recibido ediciones controladas y con certificado de autenticidad que provienen de galerías, no de colecciones particulares. En el campo de la obra gráfica hay que andarse con ojo y nuestra galería acaba de cumplir 25 años, o sea que no somos nuevos en el sector", destaca Echeberría. Los precios de las obras expuestas oscilan entre las 110.000 y los más de dos millones de pesetas que cuestan grabados de Picasso como La mujer de azul, La cafetera o El mosquetero de la pipa. No se quedan atrás en cuanto a precio y calidad algunas de las composiciones de la serie Parler seul (hablar solo) del genial pintor y escultor catalán Joan Miró u otras obras de la edición Miró, grabador y litógrafo, realizadas entre los años 70 y 80. Tres cuartas partes de la muestra están compuestas por obras de Picasso y Miró. Pero en la muestra también tienen su espacio litografías en color de Chagall y las una serie de composiciones de este autor que versa en torno a la mujer. La exposición se completa con los particulares bodegones de Henri Matisse. Tampoco se deben olvidar los carteles que adornan la exposición. "Son muy difíciles de conseguir, sobre todo los más antiguos, porque no se guardan habitualmente y además suelen estar deteriorados", afirma Echeberría mientras le brillan los ojos de la emoción ante los cuadros que contempla una y otra vez. Cuando se le pregunta si la coyuntura económica, el inminente cambio de moneda ante la entrada del euro en los países comunitarios ha tenido que ver a la hora de exhibir la muestra, Echebarria responde que no. "La exposición estaba programada de antemano. Además, las obras son asequibles para la mayoría de los bolsillos, no trabajamos con piezas de valor incalculable", explica. "Espero que con la implantación definitiva del euro en el 2002, la gente comience a invertir en arte, porque de momento no están aumentando las ventas. A mi entender el capital que dicen se está moviendo se lo está llevando el sector inmobiliario", dice con cierta resignación. "Sólo espero que la cuesta de enero no retraiga a posibles compradores. Invertir en arte es una manera de relajar el espíritu", sentencia la propietaria de la galería.
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