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Entrevista:

ENRIQUE ETXEBURUA PSICÓLOGO CLÍNICO "En las rebajas funciona el "compro, luego existo"

Mikel Ormazabal

El frenesí del consumo alcanza el grado máximo ahora, en rebajas. La compra compulsiva es un fenómeno social cada vez más extendido, que puede alcanzar episodios patológicos si no se repara en los mecanismos que accionan la necesidad de comprar, advierte Enrique Etxeburua (San Sebastián, 1951), catedrático de Terapia de Conducta de la UPV. Pregunta. ¿Qué factores intervienen en el fenómeno de la compra desmedida? Respuesta. En esta época no existe sino una exacerbación de hábitos que existen durante todo el año. Se anuncian ofertas y hay quienes, desde su infantilismo o llevados por una personalidad inmadura o impulsiva, tienen la sensación de hacer un gran negocio al conseguir algo a bajo precio. Pero muchas veces se rodean de cosas inútiles, lo que constituye un derroche del que luego se pueden arrepentir. P. ¿La sociedad rechaza a quienes no cumplen con el trinomio bello-delgado-joven? R. Sí. Una persona se quiere más cuanto más bella, delgada y joven se ve. Cree que logra prestigio ante sí mismo y los demás. P. ¿Por qué afecta más a mujeres que a hombres? R. Porque están más sujetas a los dictados de la moda, dirigen a menudo la economía familiar y tienen más tiempo libre. Además, a las mujeres les atacan más la soledad y la depresión. Hay personas a quienes la compra les produce una sensación parecida al subidón que provocan la cocaína o las anfetaminas. P. ¿Cómo se manifiesta en los hombres? R. Los hábitos de compra son diferentes en hombres y mujeres. A ellas les encanta la cosmética, joyería, lencería, y ropa en general; a los hombres les atraen los objetos de informática, bricolaje, accesorios del automóvil... P. ¿Qué mecanismos ponen en marcha la adicción a la compra? R. La dificultad de frenar los impulsos, la baja autoestima que hace que consideren ingenuamente que vistiéndose mejor se van a querer mucho. Además están los factores psicopatológicos como la depresión y la soledad. La compra sana se hace para estar mejor y la compulsiva para no estar mal. Una persona deprimida deja de estar mal cuando compra. No se dice que alguien va a hacer la compra sino de compras, en genérico, lo que nos lleva a parafrasear a Descartes y afirmar que estas personas "compran, luego existen". Así funcionan las rebajas P. ¿Cómo se puede frenar ese impulso irresistible? R. Se trata de analizar qué necesidades satisface la compra y después buscar unos sustitutos a esas necesidades. Si un compra por valorarse poco a sí mismo o la soledad, hay que abordar esa situación empleando el tiempo libre en otras actividades sociales, culturales o lúdicas. Esto en general. Hay estrategias más concretas como crearse ocupaciones en horarios de máximo riesgo o evitar el uso de la tarjeta de crédito. Es conveniente que vaya acompañada de otra persona, media hora del cierre de la tienda, con dinero en efectivo y un límite máximo de gasto. En los adictos a las compras se ha llegado incluso a situaciones de tener problemas con la Justicia, por incurrir en estafas o emitir cheques sin fondos. P. ¿Dónde está la frontera entre el caprichoso y el enfermo? R. Como en el resto de las adicciones, cuando se pasa del escalón de las ganas al de la necesidad ineludible de "comprar porque si no me siento mal". También cuando aparece el síndrome de abstinencia, "estoy irritable, tengo dificultades para dormir, pienso continuamente en las ofertas, voy compulsivamente a ver en los periódicos las ofertas,..." Y cuando eso interfiere en la vida cotidiana.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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