Milosevic repartió justicia

Acariciaba otra trabajada victoriael Villarreal, cuando apareció Milosevic para desviar un disparo de Gustavo López y establecer un empate que premió el esfuerzo de unos, el Villarreal, y la calidad de otros, el Zaragoza. Faltaban tres minutos para la conclusión del encuentro. Desde el minuto 30, el Zaragoza fue a remolque del resultado, tras una jugada de picardía de Alfaro que supuso el penalti que daba ventaja al Villarreal. El feliz protagonista, Alfaro, se convirtió en villano al ser expulsado en el último tercio del choque. El asedio del Zaragoza tuvo, por fin, recompensa.Pero durante casi todo el encuentro, el Villarreal salió indemne al dominio del Zaragoza, que tuvo un inicio vigoroso. Marcó los tiempos, controló el juego, pero no supo asestar el golpe mortal. Hasta el gol de Alfaro, el centro del campo del Villarreal no existió, notó en demasía la ausencia de Albelda. Su sustituto, García Sanjuán, apenas tuvo presencia en el juego y su compañero Díaz anduvo despistado. Aragón y José Ignacio se bastaban para conducir al Zaragoza, que no supo sacar provecho de su iniciativa. Rojo hizo debutar al portero Mondragón, que resolvió con éxito su escaso trabajo.

La segunda parte fue un calco de la primera. Con el dominio del Zaragoza y la seguridad defensiva del Villarreal, que sólo se resquebrajó cuando surgió Milosevic. E impartió justicia.