Unió da por cerrado el conflictivo pacto con Convergència para las municipales El acuerdo alcanza a más de un centenar de poblaciones y consejos comarcales catalanes

Unió Democràtica considera que el pacto municipal con Convergència es fruta madura y que en los próximos días puede anunciarse el acuerdo entre ambas formaciones. CDC tampoco ve nubarrones. De esta manera, el culebrón que se arrastra desde principio del año pasado, con tormentosas amenazas de separación de por medio, va camino de un merecido final feliz. Eso se divisa tras la reunión que la semana pasada mantuvieron los secretarios de CDC y UDC, Pere Esteve y Ignasi Farreres, respectivamente, y que contó con una mediación de lujo: el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol.

Hay fumata bianca en un total de 110 poblaciones y consejos comarcales. Se han producido acuerdos de intercambios en las ciudades más importantes de Cataluña entre ellas, Balaguer, Cervera y en los consejos comarcales de Osona y Maresme. Lo más importante está ya acordado y sólo queda la letra menuda, aunque lleva camino de coronarse con éxito el pacto -que contempla una normativa de obligado cumplimiento- en 800 localidades. ¿Cómo se ha llegado a una situación tan idílica después de que a finales del año pasado UDC amenazara con la celebración de un consejo nacional extraordinario? Para Unió han cambiado muchas cosas. Para Convergència no muchas, según fuentes de ambos partidos. Pero dos no se pelean si uno no quiere. Y parece que UDC está dispuesta perdonar. CDC, por su parte, ha dado muestras de voluntad de reconciliación. Jordi Pujol quiere recomponer las relaciones con Unió y que la pareja llegue en armonía a las elecciones catalanas. Por eso, desde ahora y hasta otoño, el presidente de la Generalitat va intentar recomponer la maltrecha vida de pareja. Unió, a cambio, intenta evitar las confrontaciones y poner fin a un agitado 1998 en el que cada socio recelaba de las salidas nocturnas del otro. Al proyecto de pacto municipal se llega después de que Jordi Pujol y el máximo dirigente de UDC, Josep Antoni Duran Lleida se reunieran el pasado 23 de diciembre. Fue tras ese encuentro cuando Duran pidió a la dirección de Unió que aplazase la convocatoria de un consejo nacional extraordinario sobre la crisis del pacto municipal. Incluso llegó a plantearse la hipótesis de que, ante la falta de entendimiento, concurrieran ambas formaciones por separado y compitiendo. Con el acuerdo municipal se pretende poner fin a un períodode malos entendidos que tuvieron como plato fuerte la negociación y rechazo de que Duran Lleida ocupara el segundo puesto, tras Pujol, en la lista autonómica en la circunscripción de Barcelona. CDC acusó entonces a UDC de utilizar el pacto como moneda de cambio. Fue el propio Pujol quien se negó a que el líder democristiano ocupara la premonitoria segunda plaza tras él. Dos meses después del rechazo, y con la vista puesta en el pospujolismo, la dirección de Unió decidió nombrar a Josep Sánchez-Llibre, dirigente de la máxima confianza de Duran, como secretario de organización de Unió, para reforzar de este manera al partido. En los próximos días se producirán nuevos nombramientos de colaboradores que ayuden a Sánchez Llibre a poner en pie una sólida estructura organizativa de UDC. CDC, por su parte, piensa fortalecer durante este año el partido con la vista puesta precisamente en el pospujolismo. La paz entre ambas formaciones para las próximas elecciones municipales y los meses que quedan hasta las autonómicas actuarán de bálsamo para la maltrecha coalición.