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Entrevista:ANDALUCÍA, SIGLO XXI

"No hay una Andalucía occidental y otra oriental, sino una rica y una pobre"

JOSÉ CAZORLA CATEDRÁTICO DE DERECHO POLÍTICO José Cazorla, uno de los grandes intelectuales granadinos, miembro de la Comisión Sociedad Incluyente del foro, promotor del primer homenaje a Lorca y autor de diversos estudios sobre la estructura socioeconómica de Andalucía oriental, sostiene que el lento desarrollo de la región se superará cuando se incentive a las empresas y se mejoren todas las infraestructuras.El hecho de que provincias como Granada, Jaén o Almería estén en los últimos puestos en la lista de la renta per cápita no es nuevo. Ya estaban allí en 1955, cuando el Banco de Bilbao publicó el primer estudio de la renta en España. Para José Cazorla, uno de los intelectuales más relevantes de Granada, la clave de esa situación está en la permanente desidia de los responsables políticos de Andalucía Oriental y en el hecho de que jamás hubo una burguesía capitalista interesada en el desarrollo de la región. Pregunta. ¿Cree que la creación del foro puede servir para algo? Respuesta. Sí. La intención es buena. Yo no creo que la creación del foro sea una maniobra política, como algunos han dicho. Para eso se podrían haber hecho otras maniobras con más resultados y menos coste. En el foro hay implicada gente que apoya al partido que gobierna en Andalucía y gente que apoya al partido que gobierna en el país. Creo que de lo que se trata es de sacar a la comunidad del penúltimo puesto en la lista de la renta per cápita de España, un lugar en el que lleva al menos 34 años. P. ¿Tanto tiempo? R. Sí. De hecho, las ocho provincias andaluzas están hoy a partir del puesto número 40 entre todas las provincias españolas. Pero no es algo nuevo. Ya en 1955, en la primera lista que elaboró el Banco de Bilbao, ciudades como Granada, Jaén o Almería estaban en los últimos puestos. Granada, que era la última, sólo tenía una renta media de 5.613 pesetas por habitante. P. Pero existe cierta diferencia con respecto a Málaga o Sevilla, por ejemplo... R. Sí, en efecto. Creo que ya no se puede hablar de Andalucía Oriental o Andalucía Occidental, sino de una Andalucía desarrollada y otra menos desarrollada, una rica y otra pobre. Una, la de Sevilla y Málaga, y otra, de la Granada o Jaén, que siguen estando abajo. Y no sólo por la renta per cápita, sino por los servicios públicos, la infraestructura, el ferrocarril. En Granada no hay un AVE, sino un tren que tarda 11 horas en llegar a Madrid y una autovía hacia la costa que no estará concluida hasta el año 2002, cuando, curiosamente, Motril es el punto más cercano de conexión entre Madrid y el mar Mediterráneo. P. ¿A qué cree se debe todo eso? R. Por un lado, a que no hay interés por parte de los propios responsables políticos para sacar a Andalucía Oriental de esa situación. Por el otro, a que nunca ha existido una burguesía interesada en el desarrollo de esas ciudades. La que hay en Granada es una burguesía precapitalista, una burguesía propietaria, pero nada más. P. ¿Qué soluciones plantearía para abordar ese desequilibro? R. Ante todo, hay que encontrar los medios para solucionar el problema del empleo. Granada se nutre del turismo y la Universidad. Hay que encontrar un modo de incentivar la actividad empresarial. Y, sobre todo, mejorar las infraestructuras, no sólo en cuanto a comunicaciones. En muchos pueblos de Granada o Almería, por ejemplo, se ven los cortes del suministro eléctrico como algo corriente. ¿Qué empresario podría establecerse allí? Ninguno. Es necesario adecuarse a los tiempos. P. Cambiando de tercio, usted fue uno de los participantes en el primer homenaje a Federico García Lorca en 1976. ¿Cómo ha visto la celebración del centenario? R. Creo que aquello fue un momento especial en el que se dijo lo que había que decir y se hizo lo que había que hacerse. Lo que después ha ocurrido es que cierto sector de personas ha sacado provecho económico de la figura de Lorca, pero eso también suele ser habitual. Si se compara lo que ocurrió entonces y lo que ocurre hoy, se descubre que hay diferencias. Desde luego, lo que hicimos en 1976 fue estrictamente por razones ideológicas. P. Usted siempre se caracterizó por su defensa del andalucismo. ¿Por qué no existe en Andalucía esa conciencia, como existe, por ejemplo, en Cataluña? R. Debo aclarar antes que jamás milité en ningún partido. No soy un andalucista político. Creo que el andalucismo tuvo su momento culminante en 1979. Pero hubo dos errores graves. Su táctica no fue la adecuada, porque nunca dejó claro si era un partido progresista o no, situación que aprovechó el PSOE para hacerse con la bandera del andalucismo, y luego tuvo graves disensiones internas, enfrentamientos entre personas como Pedro Pacheco y Alejandro Rojas Marcos. Y la gente no vota a un partido con disensiones internas, como ahora estamos viendo. P. Alguien ha dicho por ahí que, para ser verdaderamente andalucistas, igual que en Cataluña se habla el catalán y el en País Vasco el euskera, en Andalucía debería hablarse el árabe. R. Eso es un poco exagerado. Somos españoles con cinco siglos de cultura castellano-cristiana. En Las Alpujarras, lo que hoy queda son los descendientes de los repobladores castellanos. Pretender ahora rescatar la influencia musulmana resulta exagerado. Esa influencia es algo que no se puede despreciar en absoluto, pero que tampoco se debe exagerar a estas alturas. Hoy tenemos una cultura fundamentalmente europea. P. Otro asunto: ¿Cómo interpreta el fenómeno actual de la movida juvenil? R. Es un hecho curioso. En España ha habido cambios sociales muy bruscos en los últimos cincuenta años, y ese fenómeno es consecuencia de ello. En los años cincuenta, por ejemplo, no existía la capacidad adquisitiva de un joven que existe hoy. No se trata de que las costumbres hayan arrastrado a la gente, sino que la gente, al disponer de más medios económicos, ha inventado nuevas costumbres. Además, la juventud de hoy, por la educación recibida, no podría entender, las dificultades que tuvo, por ejemplo, mi generación. Para un joven de hoy oír hablar de las cartillas de racionamiento, o del simple hecho de que estaba mal visto besarse por la calle, sería como si le hablaran de los reyes godos. El cambio ha sido tan rápido y tan grande que la ruptura generacional ha sido en España una de las más duras de Europa.

"En Granada no hay un AVE, sino un tren que tarda 11 horas en llegar a Madrid"

José Cazorla. Granadino de 67 años, es catedrático de Derecho Político de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada. Autor de diversos libros y ensayos, fue decano de la Facultad de Derecho y de Políticas.

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