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GIL, EN PRISIÓN

Gil ingresa en prisión incondicional

El alcalde de Marbella y su ex teniente de alcalde, encarcelados por desviar dinero público al Atlético de Madrid

El alcalde de Marbella, Jesús Gil y Gil, ingresó ayer a las 19.45 en la prisión provincial de Alhaurín de la Torre (Málaga) imputado por tres presuntos delitos de malversación de caudales, prevaricación y falsedad en documento público. Todas esas acusaciones tienen relación con contratos de publicidad suscritos entre el Ayuntamiento de Marbella y el club de fútbol Atlético de Madrid, del que es presidente. Horas después también era encarcelado su ex teniente de alcalde, Pedro Román.Cuando era trasladado desde los juzgados de Marbella a la cárcel, Gil tuvo tiempo de declarar a los medios de comunicación: "Es un atropello, un atentado contra el Estado de derecho, pero no pasa nada. Esta noche duermo en la cárcel, pero me defenderé y volveré". El regidor marbellí justificó su detención en "motivaciones políticas que tendrán mi contestación", y apostilló: "Ésta es la Constitución que tenemos".El juez Santiago Torres, titular del juzgado de instrucción número 7 de Marbella, dictó auto de prisión incondicional sin fianza tras tomar declaración a Gil durante unas nueve horas. El alcalde acudió a declarar sobre las 9.30, y a las 19.45 cruzaba la verja de la cárcel en un vehículo de la Guardia Civil hablando por un teléfono móvil.

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La declaración se produjo ante el fiscal anticorrupción Carlos Castresana, quien solicitó la medida de prisión incondicional no sólo por la "gravedad de los hechos" sino por el "riesgo cierto de destrucción de pruebas y reincidencia en la conducta delictiva, ya que a fecha de hoy sigue ostentando el control absoluto de ambas entidades".

Según el citado fiscal, en el año 1993 Jesús Gil "concertó con otras personas constituir un crédito ficticio por importe de 450 millones de pesetas en perjuicio del Ayuntamiento". Este dinero fue supuestamente usado para pagar los contratos de publicidad del Ayuntamiento de Marbella en las camisetas de los jugadores del Atlético de Madrid de la temporada 1992-93. Según el fiscal, el crédito se incluyó en la contabilidad del Ayuntamiento en 1995 y se abonó en 1996 y 1997 con cargo a un préstamo extraordinario.

El juez Torres instruye el caso desde que el pasado mes de octubre la Fiscalía Anticorrupción diera curso a la querella, que tiene su origen en una denuncia que en 1996 formuló el PSOE en la que acusaba a Gil de haber desviado 2.000 millones de pesetas de las arcas municipales al club Atlético de Madrid a través de una empresa propiedad del alcalde.

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Además de Gil, hay otras cinco personas imputadas en el caso. El ex primer teniente de alcalde Pedro Román, que abandonó este cargo el pasado 29 de septiembre alegando "motivos estrictamente personales", ingresaba a las 23.45 de ayer en la misma prisión que Gil y acusado de los mismos delitos. El abogado del PSOE, José Carlos Aguilera, aseguró a Efe que Román "en muchas ocasiones ejerció las funciones de alcalde por la ausencia de Gil, y como tal firmó numerosos documentos". Román apuntaba poco antes de ser trasladado a prisión: "Lo que he firmado lo he hecho siempre en el cumplimiento del deber. Somos inocentes y al final prevalecerá la justicia". El gerente del club de fútbol, Enrique Cerezo, volverá hoy al juzgado para reanudar la declaración. También están imputados el hijo de Gil y director general del Atlético de Madrid, Miguel Ángel Gil Marín, el abogado habitual de la familia, José Luis Sierra, y el gerente de la sociedad municipal Eventos 2.000, Modesto Perodia.

Gil salió de la sede de los juzgados de Marbella sobre las 18.30 escoltado por varios guardias civiles, sonriente y aparentemente tranquilo. En tono amenazante se dirigió a un redactor de El Mundo, a quien dijo que mientras no se apartara no hacía declaraciones. Conseguido su propósito con la ayuda de un guardia civil, Gil aseveró: "Esto responde a un plan del fiscal anticorrupción que tiene una animosidad terrible contra mí porque ha dicho en repetidas veces que me iba a machacar y que me iba a meter en la cárcel". E insistió en que no había delito en su actuación y que, en todo caso, éste estaría "prescrito". Explicó que, a su juicio, el fiscal "ha cambiado las fechas y las ha bajado de 1993 a 1995".

Gil fue conducido a la cárcel en un vehículo de la Guardia Civil que fue seguido hasta la puerta de la prisión por el Rolls Royce que tiene como coche oficial en el Ayuntamiento. Una vez que Gil entró en prisión, el vehículo, ocupado sólo por el chófer, se dio la vuelta y se trasladó hasta el aeropuerto de Málaga donde a las 21.35 horas arribaron la mujer de Gil y otros familiares.

El candidato del PP a la alcaldía de Marbella, Diego Maldonado, recordó que "la gestión política en el Ayuntamiento de Marbella es totalmente irregular y esto se veía venir". Maldonado lamentó la mala fama que Marbella ha adquirido desde que gobierna Gil. Para el presidente de la Diputación Provincial de Málaga, Luis Vázquez Alfarache (PP), la medida adoptada por el juez "manifiesta que Gil ha defendido intereses privados". "El que juega con fuego termina quemándose", apostilló.

El coordinador general de IU en Andalucía, Antonio Romero, consideró la actuación del juez como la "crónica de una detención anunciada" y el encarcelamiento de Gil como una consecuencia de su "desprecio hacia el Estado de derecho". Romero aseveró que el alcalde de Marbella es un "cáncer que hay que extirpar". El ex concejal del GIL, Carlos Fernández, sentenció: "Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe".

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