Irán reconoce que los asesinatos de disidentes son obra de agentes secretos
Los servicios secretos de Irán reconocieron ayer la implicación de varios de sus miembros en los recientes asesinatos de disidentes y escritores ocurridos en el país. En un comunicado sin precedentes, el Ministerio de Información, que dirige la red de espionaje, informó de la responsabilidad en los crímenes de varios de sus agentes, sin precisar el número, que han sido detenidos. Tal admisión constituye, a juicio de los observadores, un importante triunfo del presidente Mohamed Jatamí y su campaña en favor del imperio de la ley."El Ministerio entiende con claridad las dimensiones y el alcance de esta catástrofe", aseguraba el texto. Los servicios secretos, un verdadero Estado dentro del Estado y feudo del sector más conservador del clero gobernante, también prometen acabar con las fuentes de la violencia política y salvaguardar la seguridad de todos los iraníes.
"Esto confirma lo que muchos iraníes han sospechado desde hace tiempo, pero ningún representante del Gobierno se hubiera atrevido a afirmar en público, que los duros del régimen estaban implicados", manifiesta un analista político que pide mantener el anonimato. "Jatamí es el gran ganador. Los duros están desacreditados y él puede mostrar que el sistema funciona para todos, no sólo para los que están dentro, sino también para los escritores disidentes". Sin embargo, ayer mismo, un nuevo atentado ensombreció las buenas intenciones. Una de las más altas instancias judiciales iraníes, el jefe del poder judicial de Teherán, Ali Razini, escapó por poco de un intento de asesinato. El magistrado escapó con ligeros rasguños del asalto contra el vehículo en el que viajaba.