Los personajes de la zarzuela "Katiuska" se desdoblan en cantante y actor en una producción que estrena el Arriaga

Dos intérpretes darán vida a cada uno de los personajes de la zarzuela Katiuska, del donostiarra Pablo Sorozábal, que el viernes se estrenará en el Teatro Arriaga de Bilbao. Actores y cantantes se sucederán en la parte dramática y en los números musicales para encarnar a los protagonistas de la obra, en un montaje que ha tratado de poner en la versión original de Katiuska "una pincelada de teatro contemporáneo" que dignifique la zarzuela, según dijo ayer el responsable de la puesta en escena, Lander Iglesias. Katiuska es la primera producción que realiza el Arriaga desde el fallecimiento el pasado año de su director Luis Iturri, la persona que había impulsado y dirigido todas las producciones dramáticas y líricas del teatro bilbaíno desde su reinauguración a mediados de los años 80. El equipo que habitualmente trabajaba con Iturri es el responsable de la nueva producción, con Maribel Belastegi al frente de la dirección artística y una escenografía diseñada por Carles Cugat, en colaboración con su hija Laia. La actriz Maiken Beitia y la soprano Carmen Aparicio se alternarán en el papel de Katiuska, Federico Gallar y Patxo Tellería encarnarán a Pedro, y José Manuel Díaz y Aitor Mazo, serán Bruno Brunovich. En el elenco participan también los actores Zorion Egileor y Saturnino García. "La puesta en escena es una convención que el público entenderá perfectamente", aseguró Iglesias. "Siempre verán al mismo personaje". La puesta al día de Katiuska, estrenada hace 70 años, pasa por el juego con el color de la escenografía, inspirada en la estética de las vanguardias rusas y en especial de la pintura de Malevich. Mientras que las escenas dramáticas están ambientadas en blanco y negro, en los números musicales el escenario se llena de color. La Orquesta Sinfónica de Bilbao y la Sociedad Coral estarán dirigidas por Gorka Sierra. Seguirán, explicó Sierra, la partitura de orquesta original de Katiuska, que ha sido cedida por un nieto de Sorozábal. "Es música de zarzuela, en la que hemos quitado los vicios. Es una partitura bien hecha, con el eclecticismo propio de Sorozábal, pero con seriedad y muy bien instrumentada", señaló Sierra. En esta zarzuela se suceden fragmentos equiparables a la música de ópera con aproximaciones a los nuevos géneros en boga en la Europa de los años 30, como el fox-trot. "Los números de cabaré, se tocan y suenan como música de cabaré", añadió Sierra.