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Silencio oficial en China sobre el disidente detenido tras dejar España

El Gobierno de Pekín mantiene silencio sobre el disidente Wang Ce, detenido y encarcelado el pasado mes de noviembre tras dejar voluntariamente su exilio en España y regresar a China, a pesar de que la Embajada de España en Pekín pidió hace cinco días que se le informara sobre su situación. "Aún no han contestado a la solicitud que hicimos al Ministerio de Seguridad Pública (Interior) pero seguiremos haciendo gestiones en ese sentido", dijo ayer Alfonso Barnuevo, primer secretario de la Embajada española en esta capital. Wang Ce, de 49 años y antiguo presidente del Partido Democrático Liberal Chino (PDLC), llegó a España en 1983 huyendo de la persecución de la policía política china y residía con su familia en Valencia, hasta que decidió regresar a su país para seguir con su lucha en favor de la democracia. Doctorado en Ciencias Políticas por la Universidad de Hawai, Wang Ce llegó a China el pasado octubre y fue detenido el 2 de noviembre poco después de entrevistarse con Wang Youcai, dirigente del Partido Democrático Chino (PDC, ilegal), condenado a doce años de cárcel las pasadas navidades.

Precisamente dos dirigentes del PDC de la ciudad de Tianjin (noreste) y de la región de Mongolia Interior (norte) fueron también detenidos la semana pasada, según se supo ayer, si bien uno de ellos fue liberado después, lo que muestra que continúa la represión contra dicha formación pacífica.

A finales de diciembre, Wang pidió un abogado defensor ante la proximidad de su juicio que, según fuentes no confirmadas, pudo haberse celebrado, sin publicarse la sentencia, el pasado miércoles. A Wang, de la provincia oriental de Zhejiang, se le acusa de intentar derrocar al Gobierno y de subversión, lo que se castiga en China con penas que van desde los diez años de cárcel a cadena perpetua.

Torturas sexuales a un cura

Por otra parte, el sacerdote católico Li Qinghua, de 31 años, ha sido sometido por las autoridades chinas a "torturas físicas y psíquicas, incluidas algunas de carácter sexual", según denunció ayer en Roma la agencia de información vaticana Fides. Quinghua, sacerdote de Yixian (Hebei), está encarcelado en la localidad de Xushui, donde, según Fides, ha sido interrogado y torturado por una "unidad especial" formada por hombres y mujeres.

"El personal femenino lo componen prostitutas que intentan de todas las formas posibles tener relaciones íntimas con el religioso", explica un comunicado de la agencia vaticana.

El padre Quinghua, añade la agencia, no es el único representante de la Iglesia católica en China que ha sufrido ese trato en los últimos meses. Todos los curas arrestados en Hebei son llevados a una casa de Xushui, donde las habitaciones tienen rejas metálicas en lugar de muros y las prostitutas intentan seducirles.

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