El desierto habla español

El Rally Granada-Dakar mudó ayer de país, dejó Marruecos y llegó a Mauritania; cambió también de escenario, con la progresiva aparición de la arena del desierto. Lo único que no varió fue el protagonismo de los pilotos españoles, que marcaron un registro histórico en la meta de la antigua base militar de Bir Mogreïn: Óscar Gallardo (BMW) y Josep Maria Servià (buggy) consiguieron el doblete al ser los más rápidos, en motos y coches, respectivamente, en los 451 kilómetros cronometrados de la cuarta etapa.Lo decía el anterior líder de las dos ruedas, Joan Roma (KTM), al final de la etapa del domingo: "Cada día puede cambiar todo". Tenía razón y ayer le tocó comprobarlo. Se cayó en un cambio de rasante en el kilómetro 307 y rompió el manguito de gasolina de su moto. Para poder continuar, sus compañeros de equipo, Heinz Kinigadner y Giovanni Sala, tuvieron que ayudarle, pero los tres perdieron tiempo. Y los beneficiados de los problemas de la armada KTM fueron los hombres de BMW, con Gallardo a la cabeza.

El piloto madrileño, uno de los veteranos de la representación española, ya había ganado etapas en ediciones anteriores. Ayer se impuso con un tiempo de 4h31m10s y heredó el liderato de Roma. Se pasó toda la jornada remontando, ya que había partido desde la 12ª posición. "Sabía que por delante las KTM iban muy deprisa y he exprimido al máximo la potencia de la moto", explicó. Las BMW mostraron que no todo el protagonismo va a ser para sus rivales de KTM. Vuelco en la general

Como consecuencia del resultado de ayer, la clasificación general sufrió un vuelco importante. Gallardo, que mediada la etapa tuvo problemas con la rueda trasera y pudo continuar gracias a que su compañero Jean Brucy se la cedió, manda ahora con 2m49s de ventaja sobre otro de los pilotos de BMW, el francés Richard Sainct. Roma ocupa la quinta posición, a cinco minutos, mientras que Carlos Sotelo (Yamaha), cuarto en la etapa, ascendió hasta el octavo lugar, y Jordi Arcarons (KTM), que se perdió dos veces, es 16º, a casi media hora de Gallardo.

Los coches también vivieron una jornada extraña, ya que los favoritos de Mitsubishi se vieron claramente superados por los buggies de dos ruedas motrices. Con uno de estos coches, prototipos fabricados expresamente para esta carrera, Josep Maria Servià logró su primer gran éxito en el Dakar. El pequeño de los hermanos catalanes se impuso por delante de la alemana Jutta Kleinschmidt (Mitsubishi), que quedó a tres minutos y mantuvo así su liderato. Tras su victoria de ayer, Servià pasa a ocupar la segunda posición de la general, en la que la cuarta etapa sirvió para empezar a abrir huecos. Los grandes derrotados fueron los Mitsubishi oficiales, nuevamente penalizados por numerosos pinchazos. El español Miguel Prieto, por ejemplo, sufrió tres, y bajó al noveno lugar. Su compañero Kenjiro Shinozuka es quinto, a 31 minutos, y Jean-Pierre Fontenay, décimo. Por su parte, Salvador Servià (Nissan) figuraba anoche en sexta posición.

La quinta etapa, entre Bir Mogreïn y Atar, con 624 kilómetros cronometrados, es la más larga del rally. Presenta más de lo mismo, es decir arena y navegación, por lo que las diferencias y los cambios pueden ser aún más notables que ayer.