El PP confía en que su congreso refuerce la imagen de Aznar en el CIS de enero

El XIII Congreso Nacional del PP se celebrará a finales de este mes y no por azar. La dirección del partido barajó varias fechas, todas en la misma época, porque los estatutos marcan sus congresos cada tres años, y fijó finalmente los días 29, 30 y 31 de enero porque así agotaba el plazo, dado que la semana siguiente se organizará el congreso de los populares europeos y, casualmente, porque en esos días se concreta en toda España el trabajo de campo del barómetro político trimestral que elabora el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). El aspecto sociológico, que tanto obsesiona a Aznar y a parte de su equipo, no es anecdótico. El PP espera que sea precisamente en este sondeo oficial en el que Aznar se destape por fin en la valoración de líderes políticos, un aspecto en el que las encuestas, y también las del CIS, se empeñan en amargarle sus buenas perspectivas electorales.El Ministerio de Presidencia, del que depende orgánicamente el CIS, ha elaborado un estudio con las escalas de valoración de los principales líderes políticos durante este año para justificar la mala consideración de Aznar, sobre todo con respecto a sus rivales del PSOE, José Borrell y Joaquín Almunia, que le han superado ampliamente en diversos sondeos e incluso en el último político, presentado en noviembre. Un alto cargo de Presidencia ha escrutado las tablas internas de las encuestas para diseccionar la opinión de los sondeados que se manifiestan ideológicamente en el centro. El Gobierno ha concluido así que esos electores puntúan a Aznar por delante de Borrell y Almunia, algo que nunca ocurre con el conjunto de los preguntados.

El entorno de Aznar ha tratado de convencerle de que ese constante varapalo que recibe en la puntuación general de líderes no tiene importancia porque la opinión trascendente ahí es la de "sus votantes y futuros clientes"; es decir, lo ubicados en el centro. También se explica la clasificación general, entre los colaboradores de Aznar, en que tradicionalmente los votantes de centro- izquierda y de izquierdas han valorado mucho peor a los de centro y derechas que a la inversa.