Las campañas del 99

Se amontonan las campañas políticas del 99. Enero concluirá con el Congreso del PP. Congreso que será la puesta de largo del segundo Aznar, de Aznar el carismático. Un Congreso con ponencia pata negra escrita de puño letra del Presidente en su Presidencia. Un Congreso con dedazo incluido para la designación del nuevo Secretario General. Parafraseando a Pío Cabanillas en aquel Congreso de UCD de Mallorca, las gentes del PP repiten eso de "vamos a aplaudir aunque todavía no sabemos a quien". Mientras tanto, los que van a ser relevados empezando por Francisco Álvarez Cascos, toman la figura del poverello de Asís. En un circo de tantas vanidades como el de la política, emocionan los ejercicios de franciscanismo descritos con frases de la más depurada humildad, de aceptación anticipada de los designios superiores, por supuesto inescrutables."Iría de balonero si se creara un equipo de fútbol y Aznar me lo pidiera", ha dicho, para empezar, el otrora todopoderoso Cascos. ¡Qué ejemplo! en contraste con las pretensiones y el pulso siempre intentado por Alfonso Guerra cuando los socialistas marcaban la pauta. Como ahora se recuerda, todavía en el anterior congreso del PSOE, Felipe González entregó sin avisar sus responsabilidades a la asamblea comprometiéndola para que le encontrara relevo. Ahora, por el contrario, Presidente Aznar con su superior inteligencia parece dispuesto a ahorrar todo sobresalto a los compromisarios y, sabiendo lo que mejor nos conviene, dotará al PP del secretario general más idóneo. Su sacrificado hermetismo -Aznar ha perdido su locuacidad para que otros podamos tenerla-, en un país de indiscretos, evitará además la aparición de tendencias y banderías en las filas populares, cuyo efecto nocivo puede comprobarse asomándose a la bicefalia y otros ensayos semejantes.

He aquí, si aún hiciera falta, una prueba más del anunciado viaje al centro. Un destino donde habita la victoria. Ese territorio en el que acampó Adolfo Suárez con la UCD y del que desertaron las huestes fraguistas de Alianza Popular dispuestas a recobrar el lustre de la derecha de siempre, la de los privilegios, una vez superados los apuros de la travesía del mar Rojo a que obligaba el cumplimiento de la transición. Fue muy de ver aquel embarque impulsado por tantos talentos. Partían en busca de la mayoría natural y acabaron encallando en la pétrea realidad que los redujo a la condición de minoría inevitable. Un espacio, el del centro, que los críticos de UCD fueron abandonando en manos del PSOE, que se vio así arrastrado al triunfo electoral de 1982 y subsiguientes.

Un destino, el del centro, que si se persigue en derechura, en cada instante, dado que la referencia a la que tiende se desplaza según lo hace la propia sociedad, terminará haciendo que Aznar recorra una trayectoria peculiar, muy bien caracterizada por Trotski cuando al biografiarle se refería a la prodigiosa curva que describe la línea recta de Lenin. Si se quisiera evitar esa referencia por inconveniente puede acudirse a otros geómetras más clásicos que han denominado esta curva como la cuerva del perro. Su ecuación fue formulada por H. Brocard en su libro Notes de Bibliographie des Courbes géométriques presentado como un anteproyecto de un Vocabulaire mathématique en preparación, fechado en Bar-le-Duc y editado en Imprimerie et Lithographie Comte-Jacquet en 1897, del que conservo ejemplar dedicado al entonces director del Observatorio Astronómico cedido por el arquitecto José María Aguilar.

Llegados aquí, habría que emprender el análisis de la campaña del domingo 7 de marzo, fecha en que el presidente Jordi Pujol convocará las elecciones al Parlamento de Cataluña y el de las campañas municipales, autonómicas y europeas señaladas para el domingo 13 de junio después de que Aznar haya bloqueado la pérdida de los fondos de cohesión. Pero, dado lo avanzado de la hora, queden estas tareas para el martes próximo.