¿Candidata a presidenta en el 2000?
El futuro político de Hillary Clinton ha dado lugar en la últimas semanas a toda clase de especulaciones sobre su eventual presentación en las elecciones para el Senado e incluso para las presidenciales del año 2000. Su antigua secretaria de prensa, Lisa Caputo, lo considera bastante improbable pero la historiadora Doris Kearns Goodwin no lo descarta a largo plazo.Lisa Caputo no se imagina a Hillary candidata: "La he oído decir en repetidas ocasiones que no le interesa. Se habla mucho en Washington de que está considerando la opción de presentarse para presidenta en el 2000. ¡Y hay varios rumores de que se presentará para el Senado en Illinois, Nueva York y Arkansas! Pero me sorprendería mucho que llegara a ocurrir. Si le preguntas sobre ello, su respuesta siempre es la misma: gracias, pero no". Caputo no cree que Hillary sienta deseos de entrar en política por una razón de peso: "Quizá no haya nadie en la vida pública que entienda mejor que ella el precio que hay que pagar".
Doris Kearns Goodwin no está tan convencida de que nunca se presente a las elecciones. En su opinión, cuando se acabe esta presidencia, "Hillary Clinton tendrá que tomar una decisión".
"Creo", afirma, "que en algún momento, cuando haya tenido tiempo de readaptarse a la vida tras la Casa Blanca, sentirá la necesidad de centrarse en lo que debería ser su próximo gran paso profesional, decir "ahora me toca a mí". En el pasado ha podido hacer muchas cosas, pero siempre a la sombra de su marido".
La historiadora se imagina a Hillary en un primer momento desarrollando su propio programa de acción política, o incluso convertida "en embajadora de la ONU o como secretaria de Estado de una Administración demócrata".
Y añade que sólo después de trabajar en un puesto para el que no haya tenido que competir en unas elecciones "se plantee la posibilidad de presentarse como candidata a un cargo público".
Doris Kearns Goodwin defiende su hipótesis de estas dos fases de la futura vida política de Hillary con el siguiente argumento: "No cabe duda de que sus experiencias en los últimos años hacen que sea bastante improbable que quiera meterse inmediatamente en una campaña electoral. Ha habido mucha ira, mucho daño, y quizá no tanta satisfacción como puede que esperara cuando llegó a Washington por primera vez". Sin embargo, concluye, cree que "es posible que Hillary acabe superando finalmente su comprensible reticencia a presentarse a unas elecciones".
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