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Mayoría absoluta para Àlex Corretja

El tenis español no dejó ni un resquicio para la duda. 100 de los mejores deportistas españoles votaron en la encuesta de EL PAÍS, y el deporte de la raqueta salió triunfador. El impacto que causó la final del Masters de Hannover fue tal, que no sólo catapultó a Àlex Corretja hacia unas cotas superadas sólo por el legendario ciclista Miguel Induráin -quien obtuvo 76 votos en 1976, muy por encima aún de los 58 que ha conseguido Àlex-, sino que el mismo torneo fue abriéndose un hueco hasta dominar la clasificación del mayor acontecimiento anual del deporte español.La gesta de Corretja (de 24 años) el pasado mes de noviembre adquirió más grandeza aún por dos hechos muy concretos: eliminó en las semifinales al número uno del mundo, el estadounidense Pete Sampras, tras salvar tres bolas de partido, y además ganó la final ante otro español, el mallorquín Carles Moyà, que había ganado las dos primeras mangas.

En este sentido, la elección del Masters como acontecimiento del año hace también justicia a Moyà, que fue el gran triunfador de un torneo que el pasado junio llenó una de las páginas más brillantes del deporte español: Roland Garros. Probablemente (con una mirada meramente objetiva), aquel campeonato fuera incluso más importante que el Masters, porque allí España obtuvo dos ganadores de un Grand Slam (Moyà y Arantxa) y un finalista, Corretja.

Sin embargo, la épica que adornó los logros españoles en el Masters -lo jugaban los ocho mejores tenistas mundiales y se disputaba en pista Green Set interior- y la inmediatez del acontecimiento dejaron una huella imborrable en los deportistas españoles, que quedaron atónitos ante la pantalla de televisión y recordaron que hacía 22 años que ningún compatriota lograba aquel título que ganó Orantes. Por otra parte, el valor de Corretja esta temporada no queda limitado al Masters. Fue, sin ninguna duda, el tenista más regular a lo largo de la temporada y consiguió cinco títulos (Dubai, Lyón, Gstaad, Indianápolis y el Masters), cuatro de ellos en superficies rápidas.

El baloncestista Michael Jordan ha ganado casi con tanta claridad como Corretja, en el capítulo de mejor deportista internacional. El estadounidense, de 35 años, tampoco admite dudas. Su calidad y su carisma le sitúan siempre en la élite del deporte mundial. Y su recuerdo permanece siempre vivo en la memoria de las personas que saben lo difícil que es mantenerse durante tantos años en la cumbre.

Mucho más disputada, en cambio, resultó la clasificación para el mejor entrenador del año del deporte español. Ahí dos personalidades tan afirmadas y tan distintas como el técnico del Real Mallorca, el argentino Héctor Cúper, y el entrenador de balonmano del FC Barcelona, Valero Rivera, mantuvieron una cerrada pugna hasta la conclusión de las votaciones. Al final, fue Rivera quien acabó ganando por la escasa diferencia de 23 votos a 20. Repitió triunfo. Y es justo, puesto que también deportivamente repitió un éxito irrefutable para el deporte español: ganar seis de los siete títulos que el Barça disputó, entre ellos la Liga, la Copa de Europa y la Copa del Rey.

Curiosamente, ninguno de los 100 votantes eligió a los cuatro galardonados, y sólo 17 integraron en sus votaciones a tres de los cuatro ganadores finales. Es curioso verificar, asimismo, que sólo 5 de los 11 tenistas que votaron eligieron a Corretja como mejor jugador, y sólo tres inclinaron su elección hacia el Masters como acontecimiento más importante. Son datos que confirman la hipótesis de que un sector importante de deportistas emite sus votaciones políticamente, es decir, teniendo en cuenta que su elección no repercuta en sus relaciones con los compañeros.

Esta tesis adquiere aún más relevancia al evaluar otros datos: los jugadores del Athletic encuestados votaron casi todos a Luis Fernández como mejor entrenador; Miguel Ángel Gil Marín, director general del Atlético, decidió que el mejor deportista ha sido el actor Santiago Segura, simplemente porque es su amigo y un atlético de pro (su respuesta ha sido excluida de las votaciones); Tomás Carbonell eligió las cuatro derrotas consecutivas del Barça como mayor acontecimiento del año, mientras que Luis Enrique se quedó con el centenario azulgrana. A otros, en cambio, las cortesías les importan un comino: Julen Guerrero eligió a Héctor Cúper como mejor entrenador, y el ciclista José María Jiménez (Banesto) no tuvo reparo en votar a Manolo Saiz (ONCE).

Pero globalmente los encuestados hicieron justicia. Parece difícil cuestionar a Corretja, Rivera o Jordan; ni el Masters, cuya emotiva final disputaron dos españoles.

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