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Cascos contrasta su salida de la dirección del PP con la de González en el PSOE

Javier Casqueiro

El principal afectado del viaje al "centro reformista" del PP, Francisco Álvarez Cascos, no quiso aclarar ayer en qué cometido y con qué puesto quiere seguir contribuyendo a la dirección de su partido tras abandonar la secretaría general en el congreso de enero. Alabó, eso sí, que se va tras sopesar una decisión personal y "a cambio de nada", sin esperar "ni compensaciones, ni retiros, ni jubilaciones, ni ocupaciones", mientras que Felipe González, al que no aludió directamente, formuló su renuncia en el PSOE "la noche antes del congreso, cimentada en su peripecia personal y arrastrando a su partido". Numerosos dirigentes del PP han subrayado en estos meses que Cascos estará dónde él quiera. Ayer, sin embargo, el propio vicepresidente primero del Gobierno confesó, tras conocerse que tampoco estará en el club de nueve notables que controlarán el poder, que nunca ha pugnado ni pedido ningún cargo y avanzó que no piensa cambiar de criterio. Estará para lo que José María Aznar le pida. Sí se explayó, en cambio, con la comparación entre cómo abandona el mando y cómo lo hizo González en el último congreso del PSOE. Cascos destacó que ni está en su ánimo aceptar nada ni en el de sus compañeros premiarle con nada. Cree haber cumplido aceptablemente una etapa. Y para la nueva no adelanta cuál es su candidato. Dice ahora que nunca se decantó por nadie. Y que hay aspirantes más que sobrados entre los miembros de su antiguo equipo, en el que incluye al actual coordinador general, Ángel Acebes, y a los tres vicesecretarios: Rodrigo Rato, Jaime Mayor y Mariano Rajoy.

El hermetismo de Aznar

Sobre el nombre del próximo secretario general Cascos mantiene que sólo Aznar lo sabe y recordó el consabido hermetismo del presidente del Gobierno en este tipo de decisiones. Desde luego, él no se presta al juego de las especulaciones: "A los que jugamos los partidos las quinielas nos resultan irrelevantes porque prestamos atención a los deberes de cada día". Y apostilló que a él nunca se le ha ocurrido "ni testar ni nombrar delfín ni condicionar un candidato a Aznar".Cuando se le preguntó directamente cuál va a ser su disposición a la hora de ocupar algún puesto en la nueva estructura del PP, Cascos contestó con la prevista predisposición total a los designios del presidente: "Mi disponibilidad es permanente para seguir estando a disposición de Aznar para formar parte de su equipo en el partido, en el Gobierno o en cualquier responsabilidad aledaña".

Ante la insistencia por conocer su ubicación política tras el congreso del PP, Cascos contestó: "Hay casos en los que uno tiene que dar un paso adelante y otros en los que se tiene que esperar a lo que te digan". El actual secretario general del PP se abonó ahora a este segundo supuesto y añadió a modo de sentencia: "No tengo ninguna ambición personal. Las que tenía están agotadas, rebasadas".

Sobre el posible indulto a José Barrionuevo y Rafael Vera, Cascos no emitió ningún "prejuicio" para no perjudicar, dijo, la posición del Gobierno y el interés general.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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