Elías Yanes apoya a Setién y dice que las críticas de la AVT no son justas

El presidente de la Conferencia Episcopal, Elías Yanes, elogió ayer la labor realizada por los obispos vascos durante los últimos 30 años -una labor, según dijo, encaminada siempre hacia la paz-, y agregó que la queja de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) "no es justa".Yanes, que hizo estas declaraciones antes de pronunciar en Vitoria el pregón de las actividades de Navidad organizadas por la Asociación Belenista de Álava, señaló que la labor de los obispos del País Vasco algún día será recordada por la historia y mostró su "admiración y adhesión".

Sobre el obispo de San Sebastián, José María Setién, quien recientemente calificó por carta a un recluso de ETA de "preso político", afirmó que es un miembro de la Conferencia Episcopal que "goza del aprecio y estima de todos" y agregó que lo importante "no es concentrar nuestra atención en un incidente anecdótico, sino en el gran objetivo que todos tenemos delante".

"Es oportuno", indicó Yanes, "recordar que el magisterio de los obispos del País Vasco durante estos últimos 30 años ha sido permanente y ha abordado los grandes problemas de la paz, condenando todos los atentados, especialmente los de ETA". El presidente de la Conferencia Episcopal recordó que muchas veces los obispos vascos "han tenido que pronunciarse en un contexto de incomprensión por parte de muchos y han tenido que soportar muchas informaciones sesgadas, parciales e injustas". "Cuando se leen los textos directamente, y no sólo los titulares de algunos periódicos sensacionalistas, se comprende lo que ha sido este magisterio durante estos últimos años", agregó.

Sobre la acusación de las víctimas del terrorismo de que la Iglesia se ha olvidado de ellas, Yanes dijo que "esa queja no es justa" y agregó que aunque "merecen mucho respeto porque han sufrido en su propia carne los asesinatos, no significa que todas sus opiniones puedan ser compartidas".

De su lado, la presidenta de la AVT, Ana María Vidal-Abarca, lamentó que la jerarquía eclesiástica sea "tan condescendiente con cosas que no nos parecen justas".