Tenso viaje a Valladolid

El Barça viaja esta tarde a Valladolid con una doble y pesada carga en la maleta: la duda sobre cómo será recibido esta vez Louis Van Gaal en el aeropuerto y la existencia de una densa niebla, que podría obligar a la expedición a cambiar de ruta, aterrizar en Madrid y recorrer en auotocar la distancia hasta Valladolid. Pero eso no importa. El mal tiempo es casi lo de menos. El holandés comprobó el pasado miércoles en Málaga que ya no tiene paz ni a mil kilómetros de Barcelona. No imaginaba Van Gaal tanta hostilidad. El Barça disputaba esa noche un amistoso ante el Estrella Roja, en La Línea de la Concepción, y Van Gaal fue acogido en la terminal con gritos de rechazo, de acusaciones de ser mal entrenador y reproches por haber traspasado a Iván de la Peña. La tensión aumentaría horas después: el estadio de La Línea se pobló de numerosas pancartas en contra de Van Gaal. Nunca se habían visto tantas ni siquiera en el Camp Nou. No sólo eso: Van Gaal también tuvo que escuchar el clamor pidiendo su dimisión. Los mismos gritos que habían salido el domingo de las gargantas del Camp Nou.Tras el día de descanso, el Barça regresará esta mañana a los entrenamientos. Van Gaal comparecerá hoy por primera vez esta semana ante los periodistas y ni siquiera podrá presumir de la goleada que su equipo endosó al Estrella Roja (4-1). Ese día, para evitar hablar ante los micrófonos, delegó la dirección del equipo en su auxiliar Jose Moruinho. El holandés incluirá en su lista de convocados a Luis Enrique, uno de los jugadores más defendidos desde instancias del club por su coraje y entrega.

Tras quedar fuera de la Liga de Campeones a las primeras de cambio, el Barça es ahora décimo en la tabla, está a tiro del 15º (el Racing) y ha encadenado una racha de cuatro derrotas consecutivas en la Liga. Ni el Extremadura, el colista, lo ha hecho peor. El Barça está a 9 puntos del líder. Van Gaal siente que su futuro está en las manos de los jugadores, quienes en su mayoría recibieron con fastidio que fuera confirmado en el cargo. La junta directiva aseguró el lunes que sobre el holandés no pende ningún ultimátum, pero él mismo sabe que será difícil que mantenga si regresa del Nuevo Zorrilla con una quinta derrota.