Van Gaal se encomienda a los jugadores mientras Núñez le busca un sustituto
Louis Van Gaal ejerció ayer de entrenador del Barça como si de una jornada rutinaria se tratara, y está convencido de que la fecha de caducidad de su contrato, que expira en el año 2000, la decidirán los jugadores. La plantilla no se siente responsable de la suerte del técnico holandés y delega en la directiva cualquier decisión sobre el entrenador, que mañana tiene previsto dirigir al equipo en Valladolid. La disputa del partido de Zorrilla y el parón navideño posterior permiten al presidente, Josep Lluís Núñez, ganar tiempo para definir el perfil del sustituto de Van Gaal.
La situación de interinidad que vive Van Gaal no alteró ayer su comportamiento. Pese a que era jornada de descanso, el técnico azulgrana actuó con normalidad: acudió a mediodía a las instalaciones del Camp Nou y se encerró en su despacho después de que un joven le entregara una carta pidiéndole que perdonara a la afición: "por no ser justa contigo", decía; y le deseaba "mucha suerte". El entrenador ha confesado a personas de su confianza que su suerte depende exclusivamente de los jugadores, una sensación que contrasta con la ofrecida por fuentes de la directiva, según las cuales la suerte de Van Gaal está decidida con independencia del marcador inmediato.Una vez que en el almuerzo celebrado el jueves con Núñez no se llegara a un acuerdo para la dimisión ni para la destitución, el entrenador prepara el partido de mañana en Valladolid convencido de que una victoria le permitiría mantenerse en el cargo, impresión que no comparten otros estamentos del club. Van Gaal entiende que sólo un resultado negativo podría provocar la renegociación de su situación laboral.
El técnico mantiene su confianza en el grueso de jugadores de la plantilla, y, consecuentemente, se siente capacitado para explotar el margen concedido por el presidente después de que el pasado jueves no accediera a plantearse la salida del técnico como solución imediata.
Obtenido el tiempo suficiente para maniobar, Núñez mantuvo ayer su silencio. El presidente azulgrana busca una salida airosa al contencioso que le supondría la salida de Van Gaal del club. No descarta la continuidad provisional del técnico holandés si el Barça gana en Valladolid, pero ya ha iniciado las negociaciones para sustituirle. La falta de unanimidad respecto al recambio de Van Gaal aumenta la situación de provisionalidad en el banquillo azulgrana.
La elección de Llorenç Serra Ferrer le permitiría a Núñez defender el organigrama técnico frente al desplome del proyecto Van Gaal. El técnico mallorquín, sin embargo, no es aceptado de manera unitaria por el vestuario, más partidario inicialmente de dar la alternativa a Ronald Koeman. Hay otras opciones, y entre ellas sobresale la de Radomir Antic, especialista en reflotar equipos en situación de crisis, como ya ocurrió en su día en el Oviedo y en el Real Madrid, y distinguido por lograr el doblete con el Atlético.
El nombramiento de un nuevo técnico supondría, previamente, liquidar el contrato con Van Gaal, que sólo parace dispuesto a negociar en caso de que se sienta abandonado por los futbolistas y el marcador.
El club azulgrana considera que la rescisión del acuerdo con Van Gaal no le supondría un gasto de 800 millones de pesetas si no que, al tratarse de un despido, podría rebajarse hasta los 400 millones. El pago íntegro de la indemnización, sin embargo, tampoco conviene a Van Gaal, puesto que le impediría entrenar a cualquier otro equipo o selección hasta el año 2000. Un acuerdo entre ambas partes, por el contrario, facilitaría la salida.
No se descarta, en este sentido, el regreso de Van Gaal al Ajax, club que, por su parte, está dispuesto a negociar la venta de los gemelos Frank y Ronald de Boer, a los que se considera culpables de la destitución de Morten Olsen como técnico del equipo holandés.
Los futbolistas azulgrana, mientras, contemplan la situación con resignación. La directiva ha indagado entre la plantilla su opinión respecto a Van Gaal. Hay opiniones opuestas.
La junta que preside Núñez no parece muy satisfecha con el rendimiento de algunos futbolistas, pero es consciente de que, dadas las diferentes culturas que conviven en el vestuario azultgrana, resulta imposible obtener una respuesta única del vestuario del Camp Nou. El plantel, en cualquier caso, no quiere que la directiva le utilice como argumento para prescindir de Van Gaal.
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