"A Madrid llega un cine minoritario que no cabe ver en provincias"
Mujer, amor y sexo en el cine español de los noventa. Así de gráfico es el título del nuevo libro que presenta Pilar Aguilar, estudiosa del lenguaje cinematográfico y televisivo, que ya quiso enseñarnos a defendernos de la televisión con su Manual del espectador inteligente, esta vez hoy en Crisol Galileo. En este ensayo, y con las armas de su feminismo más combativo, esta andaluza afincada en el centro de Madrid analiza la mirada con que los cineastas españoles definen a las mujeres y cómo recrean la siempre conflictiva relación entre ambos sexos. Para ello ha desmenuzado con la minuciosidad de una historiadora medio centenar de los trescientos largometrajes realizados entre 1990 y 1995. Sus conclusiones son tan contundentes como desesperanzadoras. En la gran mayoría de los filmes el protagonista es un personaje masculino para el que las mujeres suelen ser "un estorbo, una rémora o una ayuda, una debilidad que lo perderá, una recompensa, una alegría o un vericueto agradable o fatal que le distrae de su misión".Pregunta. ¿Cómo maltrata el cine a las mujeres? Respuesta. Quitándonos todo protagonismo. Las películas se ven desde la óptica masculina, con lo que se muestra el mundo femenino sólo como lo ven ellos.
P. ¿Cómo son los personajes de Pedro Almodóvar?
R. Los personajes femeninos de Almodóvar no son mujeres, sino meros detalles. Las presenta de forma epidérmica: hablan de sus sentimientos y de sus cosas femeninas, pero sus actitudes son masculinas.
P. ¿Por qué la mayoría de los filmes está protagonizada por hombres?
R. Simplemente porque se sigue considerando al hombre como modelo de lo humano. Cuando una directora estrena una película se le pregunta si es para mujeres. Por el contrario, lo que hace el hombre es universal, sin distinción de sexos.
P. ¿Se nota la diferencia cuando la directora es mujer?
R. No es que se note. Pero ninguna de sus obras contiene barbaridades ofensivas para nosotras del tipo "qué divertida es una violación".
P. ¿No considera que el cine haya aportado algo a la liberación femenina?
R. Muchas cosas, sin duda. Por ejemplo, ha mostrado modelos femeninos transgresores que presentan actitudes y planteamientos innovadores muy diferentes a como son en realidad las vidas de las espectadoras. Las que nos hemos criado en pueblos, en las películas veíamos otros tipos de mujeres que viajaban, se enamoraban o tomaban decisiones propias.
P. ¿Es machista el espectador madrileño?
R. Lo que hay son ciudades donde las ofertas cinematográficas son muy superiores. En Madrid hay más posibilidad de ver filmes minoritarios, que ofrecen otros puntos de vista, que a otras ciudades no llegan. Incluso en Barcelona la oferta es muy inferior.
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