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Derechos al precipicio

La escalada de encontronazos que vivimos cada día en Andalucía recuerda en mucho la anterior etapa, la legislatura que fue llamada de "la pinza", fórmula para estudio en Ciencias Políticas y que tuvimos el honor de que se pusiera en práctica, por primera vez, en nuestra tierra. Partido Popular e Izquierda Unida bloqueaban la acción de gobierno del PSOE hasta llegar a límites insospechados y a veces absurdos. Todo con pulso firme, pese al estruendo creado, hasta alcanzar un punto de no retorno que tuvo finalmente su respuesta en las urnas. Entonces, uno de los artífices de tan imaginativo proceder, reconoció, eso sí, con reticencias, su error. Fue el PP. No tenían más remedio ante la evidencia de los resultados. Ahora, quizá, estemos también ante los momentos previos de la consumación de un nuevo tropezón. La consigna de "a Andalucía ni agua", dictada desde Madrid, está llegando a sus últimas consecuencias. Por no dar, ni siquiera, trasvases, según el Libro Blanco sobre el Agua elaborado por el Gobierno central. Fue la financiación autonómica y el censo. Más tarde, las transferencias de competencias para seguir con las deudas a la Seguridad Social y, por último, el bloqueo del endeudamiento. La traca final. Una secuencia de hechos que se puede interpretar como un claro reflejo al desmarque de la Junta de Andalucía con el medicamentazo, la mejora de pensiones y otros golpes de efecto. ¿Qué se creía Manuel Chaves, que iba a salir de rositas? Sensación de acoso La respuesta ya está dada y la legislatura a punto de acabar, y precisamente con la misma sensación de acoso que antes. ¿Soportaría otra comunidad, o, más bien, la opinión pública de otras latitudes, como por ejemplo la catalana, una presión similar? Chaves prefiere esperar a que esta semana fructifiquen las gestiones que se realizan con Madrid para buscar una salida al contencioso más inmediato como es el último lío sobre el permiso del Gobierno para aprobar el endeudamiento de la comunidad autónoma. Sea lo que fuere, lo cierto es que poco más se puede aguardar de estos contactos, ya bien limitados, por lo que todo hace pensar que afrontaremos una severa cuesta de enero. De momento, nos hemos librado del recorte de los Fondos de Cohesión, de los que, en buena parte, dependen las inversiones en Andalucía. En estos días, el Partido Popular se esforzará en vender como triunfo lo que en principio no es más que un aplazamiento de una decisión que pone en peligro un logro, producto de un "pedigüeño", según terminología al uso de Aznar. Por si acaso, la COAG, con significativa presencia en el campo andaluz, convocará a 2.000 agricultores en Madrid este martes para analizar la situación ante las incertidumbres creadas tanto por el futuro de esos fondos europeos como por la aplicación de la Agenda 2000, que tiene las líneas maestras de la nueva política agraria comunitaria. Con un futuro por delante, en cambio, más positivo, las cajas de ahorro comienzan el miércoles los actos conmemorativos del 40 aniversario de la Confederación Española de Cajas de Ahorro. Plenamente consolidadas las entidades andaluzas, cada vez se hace más insistente el mensaje de Chaves para que se produzcan nuevas fusiones hasta reducir el mapa a tan sólo dos. Un mensaje, el suyo, que sin duda generará estas jornadas nuevos movimientos en el entorno de los presidentes de las entidades de ahorro andaluzas, algunos de los cuales, se muestran ya temerosos de ser arroyados por el impulso de algún que otro que se siente más fuerte que los demás. A todo esto, Izquierda Unida inicia en Andalucía sus movilizaciones en favor de la jornada de 35 horas y de recuerdo del 14-D. Cuenta para lo que cuenta con el apoyo de los críticos de Comisiones Obreras.

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