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Ardanza no ve voluntad en el Gobierno y en ETA de "ahondar" en la paz

El proceso de paz está "parado". Al menos, eso piensa el lehendakari en funciones, José Antonio Ardanza, quien ayer acusó al Gobierno de José María Aznar, por un lado, y a ETA y Herri Batasuna, por otro, de mantener una "guerra sorda", caracterizada por una escasa voluntad de "ahondar definitivamente" en la paz. Ardanza cree que el ilusionante proceso abierto tras la tregua de la banda terrorista no ha tenido una respuesta por parte del Ejecutivo. Así, mostró su preocupación tanto por el rebrote de los ataques por parte "de los alevines de EH" como por la actitud de Aznar de "incumplir los derechos de los presos" etarras.

"Parece que aquí, al final, por una parte y por otra, no hay excesiva voluntad de ahondar definitivamente en lo que tanto hemos añorado todos durante tanto tiempo". Éste fue el discurso, desde la amargura, de José Antonio Ardanza ayer por la mañana, durante la inauguración del puerto deportivo de Getxo (Vizcaya). "Me da mucha pena constatar", añadió, "que después de tres meses de que se haya dado el paso importante que estábamos exigiéndole a ETA, que se comprometiera a dejar la lucha armada y a hacer política, todo lo demás parece parado".Fueron unas declaraciones impregnadas de una sospecha. Casi de la constatación por Ardanza de que el Gobierno y el entorno de ETA han empezado a contrastar pareceres en privado y, además, con poco éxito.

El lehendakari en funciones interpretó el cruce de declaraciones en la última semana entre representantes del Ejecutivo y los líderes de Euskal Herritarrok (EH) como un signo de la "guerra sorda" en la que ambos lados están inmersos, "lanzándose mensajes unos a otros".

Por ello expresó su interés por que "se pueda hablar con claridad" y el Gabinete de José María Aznar explique abiertamente su plan para trasladar a los presos etarras a cárceles vascas, "porque nadie lo sabe". Para Ardanza, es preciso "saber, si existía, cuál era ese plan y si no ha gustado a ETA o EH". "Por tanto", agregó, "si EH empieza a tener ese tipo de reacciones, me gustaría saber qué es lo que está pasando, ya que realmente es extraño y lamentable".

"Pedradas"

Frente al oscurantismo y el argumento de que un cambio de la política penitenciaria respondería a "chantajes de ETA", Ardanza exigió al Gobierno "que cumpla también con sus propias leyes y respete los derechos de los presos". "Que no nos tengan a todos los demás sufriendo las pedradas que se están echando, que la mayoría de las veces caen en la mitad, que somos nosotros", en alusión a la sociedad vasca, precisó.El ataque contra la vivienda de un guardia civil en Pamplona, el pasado jueves, y el rebrote de las actuaciones de los denominados comandos Y de apoyo a ETA durante el puente de la Constitución y la Inmaculada, también merecieron la valoración de Ardanza.

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El aún presidente vasco reconoció: "En este momento, poco a poco, estamos alarmándonos por una serie de reacciones por parte de los alevines de EH" a ese supuesto inmovilismo de Aznar. En ese sentido, instó a EH "y a su gente" a moverse y a afrontar "la nueva cultura con la que quieren hacer política".

Pese a todo, frente a la visión más pesimista del líder del PNV, Xabier Arzalluz, acerca de que el parón en el acercamiento de los presos podría dar al traste con el proceso de pacificación, Ardanza se mostró convencido de que "no está en peligro" porque la decisión de declarar una tregua por parte de ETA "no tiene", a su juicio, "marcha atrás".

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