La rotura de una tubería obliga a desalojar a tres niños de la UVI del Gregorio Marañón

Tres niños hospitalizados en la UVI de pediatría del hospital Gregorio Marañón tuvieron que ser evacuados de sus habitaciones el pasado jueves, debido a la rotura de una tubería que atraviesa el techo de esa área y que ocasionó una balsa de agua en el entretecho, con el lógico peligro de desprendimiento. Entre los desalojados figura un niño que acababa de recibir un trasplante de corazón. Tras evacuar a los menores, los técnicos de mantenimiento del hospital tuvieron que romper un falso techo de escayola para aliviar el agua almacenada en su interior y evitar riesgos.

La subdirectora médica del hospital, la pediatra Teresa Hernández Sampelayo, atribuyó ayer la rotura de la tubería a un aumento en la presión del agua en la red de conducción. Hernández aclaró que ningún niño sufrió daño alguno.Mientras los técnicos reparaban la avería, los menores fueron realojados en la UVI de la unidad de neonatología, explicó la subdirectora del Gregorio Marañón, centro dependiente de la Comunidad de Madrid y cuyas 1.800 camas lo convierten en uno de los mayores de España.

El incidente se produjo sobre las siete de la tarde del pasado jueves. A esa hora, nueve de las diez camas de la UVI del departamento de pediatría estaban ocupadas. Cuatro cardiólogos y un cirujano examinaban en ese momento la evolución clínica del niño que acababa de recibir un nuevo corazón y que se hallaba aislado en una habitación de la UVI. Esta área médica se compone de tres habitaciones, dos individuales y otra colectiva.

Uno de los facultativos que atendía al trasplantado observó que los cristales de la habitación estaban empañados. Miró hacia arriba y observó que caían gotas de agua del techo, donde se apreciaba una enorme mancha de humedad.

Los médicos dedujeron, con acierto, que podía existir una bolsa de agua y dieron la voz de alarma. Fue cuando optaron por desalojar al niño trasplantados y a otros dos más convalecientes en una habitación adyacente, pues el falso techo de ambas habitaciones es común. No fue necesario, en cambio, evacuar a los otros seis menores internados en sala general de la UVI.

"Tromba de agua"

"Los miembros del equipo de conservación revisaron los baños de la planta superior y concluyeron que se trataba de una tubería rota", comentó ayer Hernández. Y añadió: "Una vez desalojados los niños, se hizo un agujero en el techo para que saliese el agua almacenada; el agua cayó al suelo, se limpió todo y en una hora quedó solucionado el problema". Testigos del hecho aseguran que, al abrir el techo con el agujero, cayó una tromba de agua, que inundó la habitación hasta alcanzar la altura de un tobillo. Antes, el personal sanitario y de mantenimiento retiró el aparataje médico para que no se mojase. "No fue una tarea difícil; lo que más hay en esa zona son monitores con ruedas, que se pueden mover fácilmente", destacó.Desde hace varios meses se está reformando la red de tubería del área de pediatría de la maternidad, que se ha quedado obsoleta y antigua. Todo el edificio será derribado en los próximos meses, según ha decidido el Gobierno de la Comunidad de Madrid.

Hernández, que ignora si la tubería en la que se produjo la fuga es nueva o de las antiguas, subrayó que hace unas semanas se produjo una filtración similar en otra tubería de esa área. Tras revisar la instalación, los técnicos avanzaron a Hernández que la fuga pudo deberse a un aumento en la presión del agua.

La subdirectora recordó ayer que, en los 18 años que lleva en el Marañón, nunca había vivido un problema similar. "A ningún niño le pasó nada, que es lo importante. A los padres se les explicó el problema y no pusieron ningún inconveniente; es algo que puede pasar en cualquier vivienda", declaró.