ETA moviliza a sus presos para sumarse a la presión callejera en favor del acercamiento

Tres meses después del inicio de la tregua indefinida, el entorno de ETA ha lanzado una campaña que incluye el recrudecimiento de los incidentes callejeros, las amenazas a los ediles del PP en el País Vasco y protestas orquestadas de los presos. Fuentes de la lucha antiterrorista creen que la prolongación del proceso de paz, que todavía no ha arrancado formalmente, ha llevado a los sectores próximos a ETA a intentar sustituir los atentados por otras formas de presión. Un total de 120 etarras recluidos en cárceles españolas y francesas iniciaron ayer una oleada de protestas, mientras vuelven a proliferar los incidentes violentos en distintas localidades vascas y arrecian los actos de intimidación contra los cargos del PP.

El alto el fuego de ETA, en vigor desde el pasado 18 de septiembre, no sólo supuso el cese de los atentados, sino también una drástica reducción de los incidentes violentos que durante los últimos años se venían repitiendo casi todos los fines de semana en el País Vasco. Era lo que, en la terminología etarra, se denominaba la kale borroka o lucha callejera.Sin embargo, este tipo de episodios ha vuelto a proliferar en las últimas semanas: el 21 de noviembre fue atacada una patrulla de la Ertzaintza en Rentería; el 1 de diciembre unos encapuchados lanzaron cócteles molotov contra la oficina de Renfe en Hernani, donde se encontraban dos empleados; el pasado domingo fue pasto de las llamas una sucursal del BBV en San Ignacio (Bilbao); y el lunes resultó atacada una furgoneta de correos en el barrio bilbaíno de Solokoetxe.

Navarra fue escenario durante la madrugada del lunes de varios incidentes violentos. La Policía Nacional se incautó de 19 cócteles molotov después de enfrentarse en el centro de Pamplona con una veintena de manifestantes que cruzaron vallas y contenedores en la calzada. En las localidades navarras de Alsasua, Buñuel y Puente La Reina también se levantaron barricadas y quemaron cubos de basura.

La campaña de amedrantamiento se ha dirigido especialmente contra los cargos públicos del PP en el País Vasco, con la aparición durante el fin de semana en San Sebastián de carteles en los que se tacha de asesinos a los parlamentarios populares y el envío de cartas amenazantes a otros cargos del mismo partido. De forma más directa, dos ediles del PP en Santurtzi y Erandio han visto como la izquierda abertzale convocaba concentraciones frente a sus comercios.

Silencio de EH

Euskal Herritarrok, la organización heredera de HB que ha anunciado su voluntad de participar en las instituciones, se ha negado sin embargo hasta ahora a condenar estos incidentes y amenazas. Fuentes de la lucha antiterrorista creen que esta dinámica, aunque pueda alimentarse con acciones incontroladas, obedece a la necesidad de mantener la presión durante la tregua y pronostican que se recrudecerá si la negociación entre ETA y el Gobierno, aún en fase incipiente, no logra pronto resultados prácticos.Frente a las expectativas iniciales, el presidente José María Aznar dejó claro el domingo que la política penitenciaria no va a cambiar mientras ETA no dé pruebas de que su abandono de las armas es definitivo, lo que excluye a corto plazo un acercamiento masivo de presos.

ETA, que se niega a hacer del problema de los reclusos el eje de su negociación con el Gobierno, ha trasladado la lucha por este objetivo a las movilizaciones callejeras, como la del pasado día 2 en Bilbao, y a las cárceles. Según informó ayer Euskadi Información, el diario que sustituye al clausurado Egin, 111 de los 545 miembros de ETA presos en España y nueve de los 72 encarcelados en Francia han iniciado una campaña de protesta para pedir el acercamiento de todos los reclusos a cárceles del País Vasco y la concesión de la libertad condicional a los que hayan cumplido tres cuartas partes de su pena.

La protesta consiste en los llamados chapeos -negativa a abandonar la celda durante el tiempo de patio- y ayunos, aunque no se utiliza el término huelga de hambre. Los reclusos que protagonizan la protesta están en Basauri (Bilbao), Nanclares de Oca (Álava), Martutene (San Sebastián), Pamplona, Albacete, Almería, Burgos, Cartagena, Cuenca, El Dueso (Cantabria), Santander y Murcia; así como en las prisiones francesas de Bois d"Arcy, Nanterre, Osny y Arles.

Fuentes de Instituciones Penitenciarias admitieron ayer que algunos presos han anunciado su propósito de no bajar al patio ni al comedor durante 48 horas, los días 8 y 9 de diciembre, pero no pudieron precisar cuántos han secundado la convocatoria.

Aunque se han producido actos aislados, la protesta de ayer y hoy, que previsiblemente tendrá su continuidad en otras cárceles, es la primera que realizan los presos de ETA con carácter organizado y general desde 1997.