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El Celta intenta rematar la faena en Anfield

El Liverpool recibe a los vigueses plagado de bajas y de problemas defensivos

Xosé Hermida

A orillas del río Mersey o al pie de la estatua de un John Lennon adolescente, el Celta espera entonar hoy de nuevo la Rianxeira, la vieja canción popular gallega que en apenas unas semanas se ha convertido en el himno que saluda los éxitos europeos del equipo vigués. Tras la lección de fútbol con que obsequió hace un mes a toda Inglaterra en el Villa Park de Birmingham, el Celta defiende esta noche (20. 45, Vía Digital y TVG) la vieja escuela del toque y el juego de combinación en uno de los templos del fútbol mundial, el estadio Anfield de Liverpool, ante un público que siempre ha sabido apreciar esa clase de estilo opuesto al estruendo de balonazos que históricamente ha caracterizado a los británicos.El simple nombre del mítico coso de la ciudad de los Beatles intimida a cualquier visitante, y en Liverpool lo saben hasta tal punto que a la entrada del estadio han colocado esa célebre y lacónica advertencia a la que ni siquiera hacen falta adjetivos: "This is Anfield". Pero si la tradición está de parte de los reds, el presente es abrumadoramente celtista. El Liverpool comparecerá hoy como un equipo roto por las bajas y sometido desde hace semanas a una especie de terapia colectiva en busca del remedio para recuperar el esplendor.

El Celta no estará solo en Anfield porque la afición celeste se ha movilizado aprovechando el largo puente, y a la ciudad del Mersey llegaron cinco vuelos con más de 1.000 aficionados. La colonia de emigrantes gallegos en el Reino Unido también aportará sus fuerzas para arropar a los futbolistas de Víctor Fernández, responder con la Rianxeira al clásico You"ll never walk alone (nunca caminarás solo) de la parroquia red y, de paso, combatir el frío (a la hora del partido se espera una temperatura próxima a los cero grados).

Los vigueses se presentan con una ventaja "importante, pero ni mucho menos decisiva", como opinaba ayer acertadamente el delantero Sánchez. Es más, por lo visto el pasado sábado en Salamanca el resultado del partido de ida incluso podría jugar en contra del Celta si el equipo de Víctor Fernández sale con la simple pretensión de resistir la previsible avalancha del Liverpool. En el Helmántico, los vigueses marcaron muy pronto y luego trataron de guardar fuerzas para Anfield cediendo la pelota y el terreno al contrario. Se demostró entonces que los equipos que aman tanto el balón como este Celta se quedan huérfanos cuando no lo tienen y acaban pagando las consecuencias.

Víctor Fernández no podrá contar con el sancionado Penev, un jugador básico para aguantar la pelota en el ataque a la espera de las incorporaciones de Mostovoi, Sánchez o Karpin. Previsiblemente, el entrenador celtista echará mano de Revivo, que ya estuvo en el equipo titular en Salamanca tras una ausencia de un mes y medio por lesión. "La baja de Penev es muy importante para nosotros", declaró el israelí en un poco frecuente alarde de modestia, "pero yo me estoy encontrando bien. Lo básico es que estemos muy concentrados, porque ellos se van a ir arriba con todo".

En un partido de fútbol, y más en esta clase de competiciones, cualquier cosa es posible, pero el Liverpool, desde luego, no está para grandes empresas. El sábado último volvió a perder en la Liga frente al Tottenham (2-1, en el White Hart Lane de Londres) y, lo que es peor, la defensa fue otra vez un coladero. El equipo busca desesperadamente un central -se habla del holandés Wijker, del AZ Alkmaar, e incluso de Wallemme, un francés de 31 años que juega en el Coventry-, y su nuevo entrenador, Gerard Houllier, otro francés, reconoce que la inseguridad de la primera línea más que un problema futbolístico es ya "un complejo" que se ha apoderado de sus futbolistas tras las numerosas críticas recibidas. "Debido a nuestros problemas defensivos", reconoce Houllier, "a veces nos echamos demasiado atrás y abusamos de los balones largos. Si dejamos nuestros complejos en el vestuario y somos capaces de empujar al adversario a su área, entonces es cuando le creamos problemas".

A la sensación de inseguridad del equipo se une la larga lista de bajas, que han roto el equipo por la mitad. Houllier no podrá contar hoy con tres de sus centrocampistas titulares, Mc Manaman, Ince y Redknapp, los tres sancionados. La situación es de tal penuria que muy probablemente tendrá que jugar como medio centro Steve Gerrard, un chico de 18 años que debutó el pasado sábado en Londres.

Houllier se ha trazado como meta construir un equipo "sólido, fuerte y sereno" sin traicionar el estilo de siempre, respetuoso con la pelota. Pero él mismo parece consciente de que eso no se logra en dos días. Hasta la nueva estrella local, Michael Owen, confesó el lunes en una entrevista con la BBC que si el Liverpool no levanta el vuelo se planteará su marcha al extranjero porque, a sus 18 años, dice que ya está hambriento de títulos. Owen y su compañero en el ataque, Fowler, son la gran esperanza red para esta noche. Una curiosa pareja: Owen confesó en la misma entrevista televisada que hasta hace unos meses su dormitorio de adolescente estaba presidido por un gran póster de su ídolo de entonces, un tal Robbie Fowler.

Liverpool: James; Carragher, Babb, Staunton; Heggem, Gerrard, Thompson, Berger, Bjornebye; Fowler y Owen.

Celta: Dutruel; Míchel Salgado, Cáceres, Djorovic, Berges; Mazinho, Makelele; Karpin, Mostovoi, Revivo; y Sánchez.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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