Los taiwaneses ratifican en las urnas la política de no provocar a Pekín

El Kuomintang, el Partido Nacionalista chino que desde hace 50 años ostenta el poder en la isla de Taiwan, se impuso en la elecciones legislativas y municipales celebradas durante este fin de semana en lo que supone, según los analistas, un voto de confianza en la política de evitar la provocación hacia la China comunista. Los nacionalistas chinos obtuvieron el 55% de los 176 escaños que se eligen directamente. Otros 49 escaños se reparten entre los diferentes partidos en función de la proporción de votos obtenida. Por detrás quedaron el Partido Demócrata Progresista, con un 31% de los escaños. Un auténtico jarro de agua fría para una formación que tras una fulgurante victoria en las elecciones locales de hace un año aspiraba a desplazar del poder al todopoderoso Kuomintang. "Estos resultados deberían ser vistos en Pekín como algo satisfactorio", declaró Hung-mao, jefe del Instituto de Investigación Política Nacional, quien en ocasiones actúa como consejero del presidente taiwanés.En la capital, Taipei, el candidato del Kuomintang, Ma Ying-jeou, obtuvo una reñida victoria sobre el representante progresista, Chen Shui-bian. La victoria de Ma se interpreta como el fin de un conflicto que ha marcado la historia de la ciudad durante las pasadas cinco décadas, el de los nacidos en la isla frente a los llegados del continente.

Con su triunfo, Ma se perfila como uno de los líderes más poderosos de los denominados nuevos taiwaneses, cuya identidad está en la práctica ligada únicamente a Taiwan y no al continente, donde los nacionalistas tienen sus raíces.

Los resultados suponen un freno a las tesis del Partido Demócrata Progresista, formación fundada por taiwaneses frustrados por cuatro décadas de autoritarismo practicado por los nacionalistas chinos y que son partidarios de una independencia definitiva de China, algo a lo que Pekín se opone y por lo que está dispuesto a usar la fuerza si es necesario.