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Pendientes del Meteosat

Las cumbres de Sierra Nevada tenían ayer el aspecto de un cortijo a medio encalar. Al pintor, el frente meteorológico que ha blanqueado media España, se le acabó el tinte al llegar a Granada y dejó las laderas arrodaladas. La poca nieve caída en la montaña sólo ha permitido abrir al público 7 de los 45 kilómetros de pistas esquiables existentes en la estación invernal. Y ello gracias a los cañones de nieve artificial, con los que se ha conseguido un espesor de entre 20 y 80 centímetros. El resto de la sierra presenta una fina manta blanca que no permite abrigar muchas esperanzas. A pesar de todo, unas 9.000 personas han visitado la estación durante este fin de semana. Algo que los desanimados empresarios y trabajadores de Prado Llano consideran un éxito tras haber dado por perdidos los ingresos del puente de la Constitución, tradicional comienzo de temporada. "El pasado miércoles la sierra estaba completamente pelada y los posibles clientes comenzaron a anular las reservas que habían asegurado el 100% de ocupación durante estos días", recuerda Raúl Martínez, director del hotel Meliá Sol y Nieve. Todos bendijeron los primero copos que, por fin, cayeron el jueves. Cetursa, la empresa gestora de la estación, comenzó a innivar artificialmente con parte de sus 250 cañones y consiguió tener a punto varias pistas para su apertura. Ayer, la plaza de Prado Llano ofrecía un magnífico ambiente. No presentaba el bullicio de las mejores jornadas, en las que hasta 12.000 personas visitan la Sierra, pero, según Cetursa, rozaron las 4.000 el sábado y otras tantas el domingo. Además lucía un sol espléndido. Demasiado, a juicio de muchos. El fantasma del mundial Por la mente de los empresarios se pasea el fantasma de 1995, cuando la sequía obligó a suspender el Campeonato Mundial de Esquí. "No quiero ni recordarlo", repite por dos veces, cabizbajo, José Cuesta, encargado de una tienda de alquiler de material deportivo. Tanto el hotelero y el comerciante como Alfonso Lázaro, profesor de la Escuela Andaluza de Esquí, viven pendientes de las noticias del tiempo. Son conscientes de que la nieve no durará mucho, aunque se muestran optimistas. Un optimismo que no comparten los partes meteorológicos. "La previsión del satélite Meteosat para los próximos 10 días anuncia que no nevará" adelanta Mercedes Delgado, del gabinete de prensa de Cetursa. "Aunque este informe no es del todo fiable", intenta despejar los negros nubarrones que, por desgracia, no se ciernen sobre la estación. Los 7 kilómetros practicables pertenecen a las pistas de El Río, Principiantes y El Zorro. Su estado es, a juicio de los propios esquiadores, muy buena. "La mezcla de nieve natural y artificial da una calidad polvo que, bien pisada, desliza bien", explica el portugués Renato Drago, asiduo de Sierra Nevada desde hace 28 años. Los habitantes del país vecino son, junto a madrileños y levantinos, los principales clientes de la estación. Pero los usuarios también se quejan. "Nos aburrimos, se hace monótono", aseguran los más expertos. La reducida superficie esquiable los ha obligado a repetir una y otra vez los mismos descensos. No tienen problema, sin embargo, con los remontes. Cetursa temía que una afluencia masiva de público pudiera colapsar los escasos transportes y pistas operativas. No hubo colas Tampoco hubo colas en la compra de forfaits, a 3.650 pesetas por día, pero las agencias mayoristas de viajes adelantan que las largas esperas serán el principal quebradero de cabeza. Los mayoristas están muy enfadados con Cetursa por negarles la venta de forfaits de fin de semana esta temporada, donde obtenían rentables comisiones. La empresa de la estación pretende así aumentar sus ingresos evitando intermediarios, aunque a cambio tendrá que afrontar un nuevo problema: el aumento de las colas. Antes, los clientes de las agencias llegaban con su forfait atado al cuello; ahora tendrán que comprarlo en las taquillas. Tras una semana mirando al cielo, las reservas hoteleras aumentaron hasta el 70% de ocupación.

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