Gritos y abucheos en el partido de Le Pen por sus divisiones internas
Desde hacía meses se acumulaban los signos que sugerían la incompatibilidad entre los caracteres y las propuestas de las dos grandes figuras del ultraderechista Frente Nacional (FN): el presidente Jean Marie Le Pen y el delegado general Bruno Megret. Ayer, en París, Le Pen tuvo que suspender la reunión del Consejo Nacional, un organismo que agrupa a unos 400 dirigentes del FN. Los gritos, abucheos, silbidos y protestas de todo tipo hacían imposible el debate de la estrategia ante las elecciones europeas de junio de 1999. Le Pen ordenó una reunión de urgencia de un gabinete de crisis.Si Le Pen representa la protesta sistemática, y también a quienes consideran corrupto el resto de partidos, Bruno Megret lidera a los que quieren entrar dentro del juego democrático y atraer para su causa la fracción de derecha republicana que no acepta verse derrotada en las urnas por la izquierda. Megret ha sido el artífice de la estrategia de apoyo a los antiguos miembros de la centrista y liberal Unión para la Democracia Francesa (UDF), que aceptaron, en marzo pasado, los votos del FN para mantenerse como presidentes de regiones. Megret también representa a los miembros del FN que han conquistado alcaldías o que tienen alguna experiencia de gestión del poder.
Expulsiones
Le Pen ha expulsado del FN estos últimos días a varios partidarios de Megret. Ayer mismo su servicio de orden impidió violentamente la asistencia al Consejo Nacional a dos colaboradores de Megret. El incidente sirvió de chispa para encender el fuego de las protestas. En realidad, el enfrentamiento no es sólo el de dos concepciones de la política del FN, sino también, y quizás sobre todo, la de un personaje que tiene una concepción patrimonial del partido. Le Pen ha nombrado a su yerno secretario nacional del FN y líder de las juventudes, dos de sus hijas ocupan puestos importantes en todas las listas electorales y la hermana y hermano del yerno figuran entre los asalariados del FN. El enfrentamiento ya se hizo público cuando Le Pen, que temía que una condena judicial le impidiese presentarse a la europeas, propuso que su esposa Jany encabezase la lista.Megret, que procede del neogaullista RPR y de la elitista Escuela Politécnica, no acepta que Le Pen controle en secreto las finanzas del FN ni una dirección de estilo cuartelero, pero Le Pen, según sus enemigos, ha iniciado una purga que incluye el registro nocturno del domicilio de ciertos megretistas, los mismos que ayer denunciaban la actitud de un presidente que prefiere que el FN vuelva a ser un partido de protesta, minoritario, antes que perder el control del mismo. Según la prensa francesa, Le Pen ha colocado a Megret en el lejano puesto 10 de la lista para las europeas con la siguiente nota manuscrita: "A no ser que se vaya".
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