MISTERIO ACLARADO

Todas las conjeturas sobre el móvil del brutal ataque que sufrió Rantje Boonstra (véase Gente del 25 de noviembre), la mujer del presidente de Philips, se han venido abajo. Tras dos semanas de permanecer en un hospital en estado crítico, Rantje pudo por fin explicar a la policía qué había ocurrido antes de que un peatón la encontrara inconsciente, gravemente herida, esposada y con graves síntomas de congelación al lado de una carretera. Según ha relatado, la agresión no fue obra de la mafia rusa, como se había especulado, ni tampoco fruto de la venganza de un ex trabajador de Philips, sino de un vulgar traficante de drogas que escogió la primera víctima que encontró a su paso. Al parecer, el hombre, que obligó a Rantje a introducirse en la parte trasera de su propio coche, tenía intención de coger un barco con destino a Inglaterra, y cuando descubrió que la compañía había suspendido el servicio arremetió a golpes con ella. Tras la emisión de un programa de televisión en el que se anunciaba que entre el marido y la policía ofrecían una recompensa de casi ocho millones para quien pudiera aportar datos sobre el agresor, las autoridades recibieron decenas de llamadas, algunas importantes para poder dar una pronta solución al caso.- ,