Se acabó la tregua

Afortunadamente cada día es menos noticia el hecho de que una empresa privada certifique su sistema de calidad. Lo que sí constituye una rara excepción es que acceda a dicha certificación una institución pública. Este es el caso de Feria de Valencia que, con la reciente obtención del certificado ISO 9002 por parte de AENOR, se convierte en la primera institución pública de la Comunidad Valenciana que certifica un sistema de calidad. En los últimos años las empresas españolas, y valencianas en particular, están apostando fuerte por adaptar sus procesos de trabajo de acuerdo a las normas de calidad. Si la fabricación de productos con calidad certificada constituye hoy un requisito fundamental para establecer relaciones como proveedor y competir en numerosos mercados, también en el suministro de servicios las normas de calidad han terminado por imponerse. Entendemos la Feria como una empresa de servicios, un espacio sobre el que gran número de empresas de todo el mundo desarrollan actividades mercantiles, en consecuencia parece obvio que la propia organización ferial debe asumir aquellos estilos de gestión que hoy se desarrollan con normalidad en las empresas de servicios. Así, el aparente estado de gracia en el que se encontraba la institución ferial en los últimos años ha finalizado. Se acabó la tregua. El grado de compromiso con nuestro tejido productivo no permite el más mínimo compás de espera. La Feria aspira a ser referente empresarial en todas aquellas cuestiones que incumben a la pyme y que en su relación con esta institución giran principalmente en torno a la promoción de ventas y el posicionamiento en el mercado nacional e internacional. Como cualquier otra empresa de servicios, Feria Valencia mantiene una relación muy estrecha con sus clientes. Una relación que debe ser cuidada día a día y con mayor motivo en una fase expansiva como la actual en que la institución ferial, con la misma estructura, crece a tasas del 20% en expositores y del 25% en visitantes. Difícilmente, la labor de intermediación y asesoramiento que esta institución realiza podría llevarse a cabo sin el establecimiento de un mismo lenguaje empresarial con la mayoría de nuestros clientes. Al fin y al cabo el empresario, o el profesional de empresa, lo que espera de nosotros es un tipo de servicio eficaz, profesional y al menor coste posible. Es decir, espera que el gestor público actúe con criterios de gestor privado. Esta expectativa alcanza también con mayor o menor intensidad a todas aquellas instituciones en cuya misión se contemple la prestación o suministro de servicios, aun cuando fuere en régimen monopolístico. Así, la dotación permanente de valores añadidos, se considera un objetivo permanente. La experiencia es exportable aún cuando la gestión de un sistema de calidad comporta un pulso diario con las inercias, la resistencia al cambio y la propensión marginal a la involución administrativa. La consecución del certificado ISO 9002, no obstante, la entendemos como una entrega a cuenta que esperamos elevar a la categoría de compromiso contractual con nuestros clientes, una vez extendido el sistema a todas las áreas de servicios de Feria Valencia. Simultáneamente con este proceso, Feria Valencia está llevando a cabo la implantación de la tecnología de la información más avanzada que posibilite prestar servicios de alto valor añadido a nuestros clientes. La apuesta por la tecnología punta responde a la misma inquietud expresada anteriormente: situarnos a la altura de las empresas más desarrolladas y poder responder en todo momento como una auténtica empresa de servicios. En este mismo sentido se encaminan las inversiones ejecutadas o previstas en obras de mejora de infraestructuras tanto internas como externas. Decisiones que resultan del consenso entre las principales instituciones políticas y empresariales en torno al hecho de que para la ciudad de Valencia la Feria constituye un elemento clave de internacionalidad, de equiparación con las grandes metrópolis europeas, y de potente palanca competitiva en un entorno de city marketing cada vez más sofisticado. De hecho cabe recordar las conclusiones obtenidas en la primera fase del Plan de Cooperación en las que se ponía de manifiesto cómo el carácter periférico de la ubicación geográfica de Valencia condiciona los transportes y comunicaciones lo que conlleva la necesidad de ofertar manifestaciones feriales suficientemente diferenciadas y atractivas para contrarrestar este efecto. A esta realidad se añade el hecho de que no sólo las principales ferias europeas están realizando fuertes transformaciones, mejorando y ampliando sus instalaciones, sino también nuestras más inmediatas competidoras en el ámbito estatal. Igualmente el informe destaca como hecho diferencial de Feria Valencia, en comparación con sus homólogas españolas, una mayor autonomía respecto a la Administración pública, lo que le permite una mayor capacidad de respuesta para adaptarse a las exigencias del mercado. La posición competitiva de la institución ferial valenciana aparece, por tanto, como resultado de toda una serie de factores, internos y externos, sobre los que conviene reflexionar y actuar con visión de futuro. De alguna forma, la acción a corto plazo -que tantas veces ha impedido un mayor desarrollo socioeconómico en nuestra Comunidad- deja paso a la planificación y a una mayor atención a nuestra competencia europea. Con la consecución del certificado de calidad Feria Valencia añade solidez a su crecimiento y se reconcilia con su entorno empresarial. Aquel que constituye su primer grupo de clientes externos. Aquellos que representan a los sectores productivos que, radicados o no en nuestra Comunidad, participan en nuestros certámenes. Todas aquellas empresas que ven en la Feria un auténtico motor de desarrollo y crecimiento. En cualquier caso esta certificación deberá ser refrendada por nuestros clientes. Ellos nos otorgan la verdadera certificación con el mantenimiento, edición tras edición, de su confianza.

Rafael Olcina es director general de Feria Valencia.