"Es de esos goles que llevas dentro"
Raúl dedicó el tanto a Andrea, el hijo enfermo de Pedja Mijatovic
. GÓMEZ No se lo pensó dos veces. Recibió un balón de Seedorf al borde del área, lo paró con la izquierda, hizo un quiebro ante un defensa del Vasco de Gama, después amagó ante un segundo defensor y ante el portero, y disparó con la pierna derecha. Era el gol que daba al Real Madrid la Copa Intercontinental, el título que buscaba este equipo como un salvavidas para olvidar rencillas domésticas o, como prefieren los jugadores decir, el título que cierra un ciclo futbolístico que comenzó hace tres años con el Madrid de Capello, luego de Heynckes y ahora de Hiddink. Un tanto que Raúl, su autor, explica de una manera más simple. "Es de esos goles que llevas dentro y que apenas piensas, porque en esos momentos tienes todo menos tiempo. Ganamos porque jugamos como un verdadero equipo". Lo que sí tenía pensado era una dedicatoria: "Es para Andrea, el hijo enfermo de Pedja que está ingresado en un clínica. Todo el equipo ha estado estos días pendiente de él. Por eso decidimos que si ganábamos le dedicaríamos nuestro triunfo".Mijatovic agradeció emocionado el gesto -"tenemos el mejor vestuario del mundo", dijo- y proclamó: "Éste es un gol que sólo pueden conseguir los jugadores de mucha calidad".
Fue un gol que Raúl llevaba mucho tiempo soñando. Ayer con sólo 21 años cumplió su objetivo: "Siempre había imaginado marcar un gol decisivo y por fin lo he logrado. Estoy feliz, como en una nube".
Guus Hiddink se sumó a los elogios. "Sólo los jugadores verdaderamente buenos, y de ésos hay pocos, son capaces de decidir una final en un minuto y con un gol prodigioso, y entre ellos está Raúl".
Cuando el colegiado del encuentro pitó el final, Raúl levantó su dedo índice hacia el cielo e inició una carrera por todo el campo, festejando el triunfo del Real Madrid mientras el estadio coreaba su nombre. Su amigo Guti se fue a por él y le alzó en hombros, Karembeu se sumó a la fiesta con una cámara de vídeo con la que ha ido filmando durante estos días su particular visión de la Copa Intercontinental. Hiddink también quiso acercarse hasta Raúl para fundirse en un abrazo. Fue entonces cuando las lágrimas asomaron en el rostro del jugador.
En la grada sus padres presenciaban emocionados cómo su hijo pequeño se había convertido en el héroe de Tokio. Pedro, su padre, proclamaba su orgullo: "Estoy muy emocionado, contentísimo. Sólo puedo decir que ahí queda ese gol. Raúl ha nacido para esto".
Un poco más arriba en el palco, Lorenzo Sanz se sumaba a las alabanzas a Raúl: "Es un gol que no olvidaré. Lo pienso enmarcar y poner en el mejor lugar de mi casa". El gol le sirvió a Raúl para ser elegido además como el mejor jugador del partido y con este título obtuvo un coche que donó a los afectados del huracán Mitch.
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