Un congreso ideológico

El presidente del Gobierno y del PP, José María Aznar, se permitió ayer otra advertencia a sus parlamentarios sobre el XIII congreso nacional del partido, que se celebrará en enero. Aznar afirmó que quiere evitar el debate de los personalismos y la ruleta de los nombres para los principales cargos y reclamó una mayor preocupación sobre las iniciativas de carácter "ideológico", "vanguardistas" incluso, en el sentido de avanzadillas sobre los cambios que promoverá el nuevo siglo.Sin embargo, ha sido el propio Aznar el que ha desatado las quinielas de nombres en el Partido Popular al no aclarar aún quién ocupará la secretaría general en lugar del defenestrado secretario general, Francisco Álvarez Cascos; así como al prometer una "profunda renovación de ideas y personas" en ese cónclave y al indicar que se reserva una "gran sorpresa", una alusión que se vuelve a traducir como uno de sus habituales juegos de despiste con la prensa.

Cuando Aznar demandó un debate "ideológico" en el congreso del PP se refirió, según sus intérpretes, a que no busca un programa electoral inmediato sino "grandes planteamientos de fondo para abordar los diez primeros años del siglo XXI". Fue en ese contexto cuando subrayó: "No nos podemos quedar aquí, hay que seguir trabajando, queda mucho por hacer y hay que aplicarse. Hemos cubierto una etapa pero queda por delante mucho tiempo político y hay que aprovecharlo".

El presidente del comité organizador del congreso, Pío García Escudero, destacó el proceso participativo abierto para la elección de los compromisarios. Y apostilló: "El Partido Popular practica un sistema de democracia interna y piramidal".