Desastre del Betis en Bolonia
El equipo de Clemente cede cuatro goles y casi la eliminatoria en el césped de Dall'Ara
El coraje de Javier Clemente mostrado ante las posibles quejas de jugadores se diluyó en el césped, igual que las promesas de ataque. De hecho, murieron cuando Clemente se sentó en la pizarra para dibujar a su equipo y se inspiró en el ataque del equipo italiano más que en los poderes de los de casa. A Ureña le tocó pegarse con los 196 centímetros de sueco de Andersson. Otero pasó a ocuparse en exclusiva de Kolivanov. Para no dejar las bandas desatendidas, a Gálvez le tocó cubrir la derecha mientras Luis Fernández lo hacía de su parcela natural. El ataque quedó entonces en la calidad de Finidi y Denilson. En la primera parte, sin embargo, Clemente se olvidó de colocar un carburador para que el motor avanzara. Entre Merino y Cañas no pudieron dar fluidez e intención al ataque del equipo. El Betis tenía un agujero en la mitad de su alma.En el comienzo del partido quedó claro que las botas de los béticos tienen bastante más fútbol que las de los italianos. Los del Bolonia no intentaban nada y los verdiblancos se soltaron con varias triangulaciones y apoyos de calibre. A los seis minutos Kolivanov pegó el primer susto y logró colarse por la derecha y chutar un balón que a duras penas se pudo despejar a córner. Precisamente ésta es una de las bazas de juego del Bolonia. Este equipo, dirigido por el histórico Carlo Mazzone, es también históricamente italiano a la hora de concebir el juego. Orden e infranqueabilidad atrás y a esperar a las jugadas a balón parado.
BOLONIA 4
BETIS 1Bolonia: Antonioli; Paramatti, Rinaldi, Boselli, Tarantino; Eriberto (Cappioli, min. 76), Ingesson, Marocchi, Fontolan; Andersson (Pompei, min.90) y Kolivanov (Signori, min. 74). Betis: Prats, Gálvez (Oli, min. 46), Otero, Solozábal, Ureña, Luis Fernández; Cañas (Ito, min. 54), Merino, Benjamín; Finidi y Denilson (Alexis, min. 54). Goles: 1-0. M. 25. Fontolan aprovecha un rechace en la frontal del área y bate a Prats por bajo. 2-0. M. 52. Kolyvanov se lleva un balón con la mano un balón cabeceado por Andersson y marca a placer. 3-0. M.57. El larguero rechaza un tiro de Kolyvanov. Lo recoge Eriberto y marca. 3-1. M. 64. Benjamín recoge un rechace de un contrario y bate a Antonioli por bajo. 4-1. M. 73. Fontolano recibe un pase de Kolyvanov y clava el balón en la red. Árbitro: Bo Larsen (Dinamarca). Amonestó a Denilson, Paramatti y Benjamín. Unos 18.000 espectadores en el Renato Dall'Ara.
En este esquema mezquino para la belleza y el disfrute, Andersson (un jugador bastante vulgarote) juega un papel fundamental. Es como un poste de la luz en el que rebotan los saques de fuera de banda, de esquina o de faltas. Cabecea y deja la pelota muerta para que el compañero de frente remate a gol. Sencillo como un ladrillo e igual de dañino si le pega a uno en la cabeza. En el minuto 25 por primera vez le ganó la partida a Ureña y el balón acabó en las botas del veterano Fontolan que coló la pelota por la escuadra izquierda de Prats.
Los verdiblancos tuvieron el empate apenas tres minutos después cuando un pase de Finidi logró milagrosamente evitar la cabeza de Rinaldi y acabó en Cañas, a quien le temblaron las piernas ante Antonioli y lo centró en vez de fusilarlo. En el último cuarto de hora el juego se difuminó entre la contención de los italianos, y las subidas de Paramatti y algunas de Eriberto que pusieron algo de emoción.
El Betis se embarulló; y como muestra, sólo un tiro de Denilsón, ayer de nuevo sólo voluntarioso, quien con un pie se quitó el balón del otro y le propinó un chut al aire. Al final los béticos intentaron estirarse un poco más, aunque era imposible (a no ser que llegara un golpe de inspiración de una de sus estrellas) pues el equipo que saltó al césped estaba pensado para que no le marcaran goles y no para hacerlos.
A los siete minutos de la segunda parte la jugada del Bolonia volvió a funcionar. Andersson cabeceó un centro de Eriberto y Kolyvanov lo rebañó con la mano (única e importante mancha en la actuación del árbitro) para después marcar a placer. Clemente (que ya había sacado al campo a Oli) sacó algo más de cerebro al campo con Ito y Alexis. Pero el equipo ya era un pelele apaleado y falto de coraje. Rechazar el juego de principio hace que sea casi imposible recuperarlo cuando hace falta. Eriberto recogió un balón del larguero y lo metió en la portería bética. El brasileño brilló bastante en la segunda parte y corroboró lo que sus dotes atléticas habían dejado entrever en la primera mitad. El gol de Benjamín fue un fugaz rayo de esperanza, pero Fontolan acabó con cualquier sueño de seguir compitiendo en Europa, a no ser que haya un (esta vez sí) corajudo y épico partido de vuelta a Sevilla. El Bolonia, sin ningún alarde, pero sin traicionarse a si mismo se mereció la goleada que le endosó a este timorato Betis.
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