Anguita se muestra receloso al posible diálogo con Borrell
En una organización medianamente seria ni el candidato ni el secretario general pueden imponer sus criterios por encima de los órganos de dirección. Lo dijo ayer Julio Anguita, coordinador general de IU, cuando analizó los resultados del Comité Federal del PSOE del pasado fin de semana. Y, sobre todo, cuando en ese análisis incluyó las relaciones entre el PSOE e IU.Así, pues, dos conclusiones: El PSOE es, cuando menos, un partido medianamente serio y las relaciones entre ambas organizaciones tienen muchas dificultades. Esté quien esté en la interlocución. Porque fue el Comité Federal quien negó posibilidades de diálogo entre IU y los socialistas. Y, por si fuera poco, en opinión de Julio Anguita, no queda claro que el candidato José Borrell vaya a abrir nuevas vías de diálogo con la organización que lidera Anguita. Más todavía: a qué engañarse. Anguita subrayó que las declaraciones de Borrell, aun antes de que el Comité Federal dejara claro su papel, no han sido precisamente una mano blanca hacia IU.
Anguita lamentaba ayer que hubiera "fuerzas con un discurso antes, durante y después del proceso electoral". El PSOE es una de esas fuerzas que mantienen un determinado tono en función de las circunstancias. El dirigente de IU no tiene esperanzas en que eso cambie. Y basa su apreciación en que sólo ha recibido desprecios por parte del PSOE.
Pero, ¿con Borrell, qué tal? Anguita no lo sabe. El candidato no le ha llamado nunca ni ha demostrado curiosidad alguna por conocer y hablar con la fuerza de izquierdas que, en teoría, debe estar más cercana a los socialistas. Si algo tiene claro Anguita es que el modelo de liderazgo socialista sólo lleva a la confusión, cuando no a la melancolía. Él no sabe con quién debe hablar en el PSOE. ¿Con Almunia o con Borrell? Posiblemente con cualquiera, si es que la simple pregunta significa dudas.
El futuro de IU
Izquierda Unida no tiene claro tampoco su futuro. Ayer por la mañana la Presidencia Federal analizó lo que ya viene analizando largos días: las pasadas elecciones vascas y, sobre todo, las futuras. Ocurrió lo que es habitual en la coalición: los resultados de las votaciones no reflejaron el disgusto interno. Hubo críticas amargas a la propuesta de resolución. Críticas, sobre todo, a los resultados del País Vasco, pero, por encima de todo, temor a lo que el futuro pueda deparar. O se cambia de discurso o, según los estudios que maneja Izquierda Unida, los próximos resultados van a ser de llorar, y no en Los Paúles precisamente.Anguita dejó hablar. Escuchó que había que acentuar los ataques políticos al PP y al Gobierno de Aznar. Eso, o exponerse a ir perdiendo votos en cada uno de los próximos comicios. Oído. Al final, todos a favor, excepto la abstención de la Tercera Vía y de Espacio Alternativo. ¿Hay divergencias? En las actas, no.
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