Borrell considera que un adelanto electoral sería "oportunismo político"
La posibilidad de que el jefe del Ejecutivo, José María Aznar, adelante al año que viene las elecciones generales, previstas en principio para la primavera del 2000, fue criticada ayer por el candidato socialista a La Moncloa, José Borrell, quien opinó que un anticipo de los comicios sería un mero acto de "oportunismo político" por parte del Ejecutivo, ya que no hay ninguna razón que lo justifique y "ni siquiera que lo aconseje". De la misma opinión fue el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, quien agregó en Ginebra que los socialistas están preparados para los comicios se celebren cuando se celebren.
El debate sobre el adelanto electoral se ha abierto tras unas declaraciones del presidente catalán, Jordi Pujol, en las que daba por sentado que los comicios se celebrarán el año que viene, si bien ayer aseguró que se le había "entendido mal". Además algunos de los ministros más próximos a Aznar están presionando al presidente para que no agote la legislatura. Tras señalar que desconoce la información que pueda tener Pujol para apostar por unos comicios anticipados, Borrell recalcó que su partido no aprecia "ninguna razón" para ello salvo un mero acto de "oportunismo político" por parte del Ejecutivo. Agregó que los socialistas seguirán trabajando como si las elecciones fueran a celebrarse en la primavera del año 2000. El candidato socialista realizó estas declaraciones en el Congreso tras reunirse con el Foro de Madrid Contra la Violencia a las Mujeres, ante las que se comprometió a elaborar una propuesta de ley global antes del fin de la legislatura para erradicar el maltrato.Por su parte Joaquín Almunia, que se encuentra en Ginebra preparando el Consejo de la Internacional Socialista, dijo que si entre las razones de Aznar para adelantar las elecciones está la de aprovechar en su favor la crisis de liderazgo recientemente sufrida por el PSOE "los electores le pasarán factura por ello". "Se supone que el presidente de un Gobierno tiene que pensar en los intereses generales de su país, no en batallitas de partido. En todo caso, conociendo la personalidad de Aznar, es posible que se le haya pasado esa idea por la cabeza. Lo único que puedo decir es que el PSOE está preparado para afrontar un proceso electoral ahora, en marzo, en junio, en otoño, cuando sea. ¡Cuando el señor Pujol diga!", ironizó.
Respecto al fin de su enfrentamiento con el candidato socialista, Almunia dijo que se siente "muy satisfecho de haber apoyado" a Borrell, así como del "espíritu con que el Comité Federal ha afrontado la reunión del sábado", que puso fin a la crisis. "Creo que el PSOE ha superado, definitivamente, una situación difícil, evidentemente difícil, que no habíamos previsto en toda su dimensión. Y, a partir de ahora, ya tenemos que mirar hacia el futuro", afirmó. Almunia negó que se haya visto desplazado por la decisión del Comité Federal y agregó que ahora se siente en paz consigo mismo. "Por cierto, yo no hago política si no me siento en paz conmigo mismo".
Todavía ayer, los socialistas seguían desgranando opiniones sobre los acontecimientos del viernes y el sábado. Algunos no podían ocultar la evidencia de que la crisis, aunque se ha zanjado a tiempo, ha amenazado seriamente la posición del partido. Así, el presidente andaluz, Manuel Chaves, afirmó que si se reabren las disputas internas entre Almunia y Borrell "se anularán prácticamente todas las posibilidades de ganar las elecciones generales" además de provocar "efectos negativos" en los comicios municipales y autonómicos. Otro de los barones, el presidente castellano-manchego, José Bono, reconoció que la crisis ha hecho que los socialistas hayan "visto las orejas al lobo de Aznar", por lo que ha cundido la voluntad de que no se "vuelvan a repetir las circunstancias" que pusieron al PSOE al borde del congreso extraordinario.
Más explícitos aún en su autocrítica fueron los dirigentes vascos Ramón Jáuregui y Rosa Díez. El actual secretario general de Política Autonómica opinó que el problema debía haberse resuelto "en casa" sin llegar a un Comité Federal, mientras que Díez calificó de "impresentable" el comportamiento del partido en una situación que se ha solucionado "tarde y mal" y que ha "llenado de zozobra a mucha gente que se ilusionó con las primarias".
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