Paro

Resulta deprimente seguir mes a mes las cifras del paro. La última, lanzada el pasado 10 de noviembre, hablaba de una subida el pasado mes de octubre por encima de 15.000 parados más, situando la cifra de inscritos en el Inem en torno a 1.800.000 personas. Los entendidos dicen que la subida de octubre es normal, ya que por un lado están los que cesan en su trabajo temporal veraniego y también los jóvenes que, recién terminados sus estudios, se inscriben en las oficinas de desempleo en busca de su primer trabajo. Lo triste es que ya nos hemos acostumbrado a las cifras de la mayor lacra social en los países desarrollados, el paro, y nos parece un completo éxito que el próximo año pueda conseguirse el objetivo gubernamental de crear más de mil empleos diarios.En este asunto, lo mismo da que gobiernen los neoliberales (PP) que los socialdemócratas (PSOE). Sólo se diferencian en la distinta manipulación que hacen de los tributos estatales y el presupuesto de la Seguridad Social; por lo demás, no cuestionan en absoluto el actual marco de la economía de mercado. Para ellos, este modelo económico es inamovible, y por tanto lo único que se puede hacer -desde su punto de vista- es fomentar la creación de empleo mediante las bonificaciones y subvenciones a las empresas, la modificación de las modalidades de contratación laboral y poco más.

Están en su derecho de pensar como quieran. Yo seguiré estando de acuerdo con quienes piensan que, si realmente algún día queremos solucionar el tema del paro, deben empezar a aplicarse los artículos 35, 40, 41, 128, y especialmente el 131 de la Constitución Española, que muy pronto cumplirá 20 años. ¿Cuántos años más deberemos esperar para que efectivamente el derecho al trabajo sea algo real, y no nos riamos al oírlo?

Mientras tanto, a algunos todavía les parece una medida revolucionaria la reducción de la jornada laboral. Así nos va, día a día y mes a mes.-