Déficit fiscal y deuda histórica

Los andaluces hemos de estar muy atentos a la tormenta que a buen seguro va a desatar esta semana el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Hoy explicará en conferencia de prensa sus demandas para un nuevo tratamiento financiero del Estado con Cataluña. Esto es, traducir el denominado hecho diferencial en pesetas y reclamar una respuesta inmediata para que Madrid resuelva lo que él llama el "déficit fiscal", o sea, diferencia entre los impuestos pagados por los catalanes y el gasto público en la comunidad, y que cifra en más de un billón de pesetas. Ahí es nada. Eso sí que es deuda histórica y no la que reclama Andalucía. La Agencia Tributaria, cesión de impuestos especiales o una mayor participación en el IRPF serán algunas propuestas que lanzará Pujol para alcanzar su anhelada "soberanía fiscal". Ante la magnitud de estas reivindicaciones, se desconoce si en este caso el PP reaccionará con el mismo lema que el aplicado a Andalucía y que señala que "la Junta no quiere dinero, quiere pelea". De todas formas, deberán calmarse los ánimos. Estamos en las manos del consejero de Relaciones con el Parlamento, Antonio Ortega. Tras su brillante conferencia, neutralizada por la expectación previa que generó su presentador, Javier Arenas, quedamos a la espera de su mediación ante el Gobierno central a través de Mariano Rajoy. Cuando aún se recuerda la foto histórica de su líder, Alejandro Rojas-Marcos, con el entonces ucedista Rodolfo Martín-Villa, en una imagen de entendimiento que fue interpretada como una traición a los intereses de Andalucía, Ortega va derecho a configurar otra escena que quién sabe si vuelve a ser fallida para la trayectoria del andalucismo. Ése es el riesgo de tan audaz movimiento. Con interés se aguarda también la presencia del fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, en Cádiz, sobre todo después de la sentencia que condena al periodista Juan José Téllez por injurias a un fiscal del Campo de Gibraltar al referirse a él como "perro de presa". El respaldo que tuvo el señor fiscal injuriado por parte de sus compañeros de toda la provincia para sí lo quisiera el juez Santiago Torres, quien se ha atrevido a investigar a fondo a Jesús Gil. Que se sepa, los improperios que éste le ha dirigido, amén de otras acciones hostiles, apenas han dado para un testimonio de apoyo de Jueces para la Democracia. ¿Dónde están aquí los fiscales celosos de su fama? Reaccionarán, igualmente esta semana, con movilizaciones de protesta, los trabajadores de los astilleros públicos de la bahía de Cádiz y Sevilla ante la nueva reconversión que se avecina. En ocasiones anteriores, por menos incluso, ya estaban en las barricadas y quemando neumáticos. Algunos, quizá pecando de ingenuidad, se consuelan con la leve esperanza de que la peor parte se la lleven las factorías de Manises y Astano. Con todo, a ver en qué queda el planteamiento inicial de los sindicatos, quienes solemnemente han advertido que no van a consentir nuevas reducciones de plantilla. Y habrá que esperar, por otra parte, hasta el martes de la semana que viene la aprobación de la Ley de Cajas de Ahorro, que no obstante se tratará en el consejillo previo de este miércoles. Ha superado el filtro del Consejo Consultivo sin apenas modificación, aun cuando los andalucistas pretenderán una mayor concreción sobre la creación de la futura Caja de Andalucía. Sin embargo, en el Consejo de Gobierno de mañana saldrá también adelante una norma importante, la Ley de Incendios Forestales, con la que actualizar una legislación que se había quedado absolutamente trasnochada. Por cierto que, una vez apagado el fuego de la bicefalia interna en el PSOE, el próximo fin de semana se espera la presencia de Joaquín Almunia en Andalucía, más en concreto en Sevilla y Málaga. Asistirá a unas jornadas de formación de cara a las municipales, fundamentalmente. Que se sepa, viene sin el candidato José Borrell.