Trabajo para 80.000 rusos

El proyecto de la Estación Espacial Internacional (ISS) nace marcado por la polémica. Demasiado dinero ya invertido y a invertir, dicen sus detractores, para desarrollar investigaciones que, en muchos casos, podrían hacerse en Tierra con similares garantías y a un costo mucho menor. Una puerta, dicen sus defensores, hacia el tercer milenio, la exploración de Marte o la colonización de la Luna, que devolverá cada peseta multiplicada por 10.No faltan en Rusia voces en contra de este proyecto faraónico, que lo consideran, si no inútil, sí cuando menos desproporcionado. El cosmonauta Konstantín Feoktistov, profesor de Tecnología de Cohetes en la universidad técnica Bauman, de Moscú, se ha referido, en declaraciones al diario The Moscow Times, a la "irracionalidad" del proyecto y considera legítima la pregunta de si vale o no lo que cuesta. Donde no se expresa ninguna duda de que el esfuerzo merece la pena es en la Agencia Espacial Rusa, cuyo director, Yuri Koptev, cita un argumento contundente: que es la única esperanza para la supervivencia de la agencia y que supone la garantía de la conservación o creación de 80.000 puestos de trabajo en los próximos 15 años.

Uno de sus subordinados, Andréi Krasnov, recalca que "a largo plazo, todos los gastos estarán justificados si la industria hace uso de lo que se consigue en el espacio". Dimitri Blagov, vicejefe del centro de control de vuelos, admite, no obstante, que "a corto plazo, siempre es problema" encontrar utilidad a un proyecto espacial, "sobre todo cuando se es una abuela que preferiría que le pagasen su pensión a tiempo en lugar de que pusieran otro trozo de metal en el cosmos".