_
_
_
_

El título, en la última carrera

Sainz necesita ganar a Makinen para conquistar el Mundial de rallies

La escena resulta familiar. Igual que ha ocurrido cuatro veces en los últimos años, Carlos Sainz se juega el título mundial en la última carrera de la temporada, el Rally de Gran Bretaña. Ahora el enemigo se llama Tommi Makinen, piloto finlandés de Mitsubishi, también bicampeón, a quien el piloto madrileño de Toyota necesita derrotar para conquistar su tercera corona.El incierto rally británico empieza mañana en Inglaterra y se desarrollará sobre todo por las pistas forestales de Gales, con su repertorio de nieve, fango, niebla y lluvia.

Makinen arranca con ventaja. Tiene dos puntos más en la clasificación del campeonato (58 contra 56) y se ha impuesto en los tres últimos rallies con un deje de autoridad gracias a las mejoras de su coche en la segunda parte de la temporada. Sin embargo, la opción de Sainz es clara: si gana añadirá la corona de 1998 a las que cosechó en 1990 y 1992.

El duelo entre Sainz y Makinen por el título es exclusivo, pero lo que hagan otros pilotos influirá en el desenlace: si Carlos no vence, entonces ya no le bastará con derrotar a Tommi. En caso de empate, las cinco victorias de éste a lo largo del curso (Suecia, Argentina, Finlandia, San Remo y Australia) pesan más que las dos del español (Montecarlo y Nueva Zelanda).

Las posibilidades

Si no es primero en el Reino Unido, Sainz deberá usar la calculadora. El título sería suyo en caso de acabar segundo y Makinen cuarto, o siendo tercero y el finés sexto, o si logra la cuarta posición y su rival no puntúa. Recuérdese que el vencedor del rally se lleva 10 puntos, 6 el segundo, 4 el tercero, 3 el cuarto, 2 el quinto y 1 el sexto."Este rally es una lotería, es fácil cometer errores", opina Sainz, que ya pasó por esta situación en 1991, 1992, 1994 y 1995. Y sólo volvió a casa con el título en la segunda de estas ocasiones, cuando derrotó a Didier Auriol pilotando un Toyota. En 1991 le ganó Juha Kankkunen; en el 1994, ya en Subaru, su verdugo fue Auriol; y en 1995 se coronó Colin McRae.

Para el duelo final de este año, Sainz tiene la experiencia a su favor -es la décima vez que corre el antiguo RAC Rally, donde venció en 1990 y 1992- y lo poco que le gusta esta carrera a su enemigo -nunca la ha ganado-. Además, Makinen está convaleciente de un proceso infeccioso, aunque durante los ensayos para el rally británico se ha mostrado ya recuperado.

El piloto madrileño también se apoya en su regularidad: en todo el año no ha cometido ni un error, aunque no puntuó en varias pruebas por culpa de problemas mecánicos.

Su rival ha sido más irregular. Ha encabezado los rallies más tiempo que nadie (durante 83 de los 253 tramos disputados, por 33 de Sainz) pero suma cinco triunfos y otros tantos abandonos: tres por averías y los otros dos por accidentes en Montecarlo y Portugal.

A Makinen le ha salvado su sprint final, porque de estar casi descartado ha pasado a favorito para lograr su tercer título consecutivo. Su polémica victoria en Australia -le retiraron la penalización por un defecto de forma en las reglas- le colocó por primera vez como líder del Mundial, cuando a lo largo de la temporada habían sido Sainz y McRae los dominadores.

La posición del escocés, vencedor de este rally en sus tres últimas ediciones, resulta sorprendente: es el piloto que ha ganado más tramos en todo el año (49, por 40 de Makinen y 33 de Sainz), pero ya no aspira al título. Sin embargo, su papel estos días puede ser crucial, igual que el de Richard Burns, compañero de Makinen en Mitsubishi. "Si gana uno de ellos me perjudica", reconoce Sainz, que lleva diez días en el Reino Unido preparando la carrera.

Por otra parte, además del título de pilotos, está en juego el de marcas, entre Toyota y Mitsubishi, y también el de dos ruedas motrices, al que opta por tercer año consecutivo el equipo español Seat.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_