Felipe González recibió por separado a Almunia y a Borrell y les pidió que cerraran la crisis

José Borrell y Joaquín Almunia han querido contar con la opinión de Felipe González ante la crisis que se ha abierto entre el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno y el secretario general del PSOE por la diferente manera de entender cada uno de ellos el papel que les corresponde. Almunia conversó con González en la noche del martes, y Borrell lo hizo ayer por la mañana, por espacio de tres horas, en la oficina que el ex presidente del Gobierno tiene en la sede socialista de la calle de Gobelas, a las afueras de Madrid. González les instó a tener en cuenta que, por encima de cualquier otra consideración, está la responsabilidad que les compete en que el PSOE logre ganar las próximas elecciones.

Tanto a Borrell como a Almunia les llegaron ayer mensajes de diversas federaciones regionales para que solventen el conflicto del reparto de papeles entre ambos respetando el resultado de las elecciones primarias y del 34 Congreso Federal. Los dirigentes provinciales y regionales recordaron a candidato y secretario general que dentro de siete meses miles de socialistas tendrán que afrontar elecciones en sus ayuntamientos y comunidades autónomas y corren el riesgo de pagar en votos la consecuencias de las disfunciones en la bicefalia.González no ejerció de mediador sino que, al parecer, atendió la petición de uno y otro para analizar las posibles salidas a la crisis. Tanto Borrell como Almunia rehusaron hacer el más mínimo comentario sobre esas conversaciones y sobre la que ellos mismos tenían previsto mantener por la noche. El entorno de González dio a conocer que el ex secretario general no asistirá el próximo sábado a la reunión del Comité Federal del PSOE ya que intervendrá en París en una sesión de la Fundación Nuestra Europa, que encabeza el ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors y de la que él forma parte.

Preocupación

Esta ausencia de González suscita preocupación en algunos dirigentes socialistas, que desearían poder contar con él en caso de que se llegue a una situación dramática en el Comité Federal. También hay una minoría de dirigentes a quienes irrita sobremanera que muchos de sus compañeros sigan apelando al liderazgo de Felipe González como se ha hecho en las últimas dos décadas.Pero la actitud del ex secretario general desde hace semanas es la de no meterse donde no le llaman. El ex presidente se ha puesto a disposición de Borrell para lo que quiera y lo mismo ha hecho con la dirección del partido. De forma coherente con esta toma de posición, jamás se le hubiera ocurrido colocarse en la situación de mediador y tan sólo ha aceptado hablar del asunto porque los afectados le han requerido expresamente su opinión.

Toda la jornada de ayer estuvo repleta de mensajes dirigidos a Almunia y a Borrell para que zanjen de una vez una disputa que sólo está favoreciendo al Partido Popular y mermando las posibilidades electorales de los socialistas. Algunas federaciones regionales les enviaron por escrito sus recomendaciones, entre las que estaban algunas demandas de "mayor profesionalidad" y de mayor compromiso y consideración hacia los electores. Esto hace presagiar que si Almunia y Borrell llegan a la reunión del próximo sábado sin un acuerdo tienen garantizado un fuerte rapapolvo de los dirigentes provinciales y regionales. La mayoría de ellos no quieren verse empujados a tener que votar a favor o en contra de su secretario general o de su candidato a la presidencia del Gobierno.

Entre estos mensajes llegados de las direcciones regionales estaba el de los socialistas canarios, cuyo secretario general, Juan Carlos Alemán, instó a Almunia a dar "dos pasos atrás y ceder totalmente" el protagonismo al candidato, pero éste debe aceptar -"como hacemos en Canarias"- que es el partido y su secretario general quien marca el programa y la dirección política del mismo.

También el mensaje de los socialistas andaluces abogó por un acuerdo entre Borrell y Almunia. Según expresó el secretario de Política Institucional del PSOE andaluz, José Caballos, la militancia quiere que se "respete lo que ha votado" tanto en la elección del candidato como de la dirección del partido, por lo que "si el candidato reclama mayor protagonismo, de acuerdo, pero con un límite, el del respeto a la dirección, que también tiene su papel".

Además, la relación de fuerzas en el comité federal a favor de uno o de otro ya no es mimética en relación a lo que ocurrió en el proceso de elecciones primarias. Entonces, Almunia tenía la mayoría del máximo órgano de dirección pero ahora son muchos los que no quieren dar la espalda a su secretario general pero tampoco perjudicar a su candidato a la presidencia del Gobierno. Así las cosas la mayoría de los miembros del comité federal están muy enfadados por lo que consideran incapacidad de Borrell y Almunia en ponerse de acuerdo.