Un tribunal francés reduce la condena de Le Pen a un año de inhabilitación para cargos públicos
Los exabruptos le van a costar caro al líder de la ultraderecha francesa, Jean-Marie Le Pen. El futuro político del presidente del Frente Nacional (FN) quedó ayer dañado tras la condena a un año de inhabilitación, tres meses de prisión, que no cumplirá salvo reincidencia, y al pago de una multa de 125.000 pesetas por sendos delitos de "violencia en grupo" e "injurias públicas" dictada por el Tribunal de Apelación de Versalles. Aunque redujo a la mitad la pena de dos años de inhabilitación impuesta en primera instancia, los efectos sobre Le Pen son similares.La sentencia, que castiga la agresión física a la diputada socialista Annette Peulvast-Bergeal, coloca, de hecho, al jefe del FN ante una encrucijada fatal, en la medida en que le obliga a optar entre la no concurrencia a las elecciones europeas del próximo año o correr el riesgo de no poder presentarse a los comicios presidenciales previstos para el 2002, en los que el líder de la extrema derecha tiene puestas tantas esperanzas.
La primera elección, que traería consigo la pérdida automática de sus escaños de europarlamentario y de consejero regional de la Provenza-Alpes-Costa Azul, destaparía probablemente la crisis interna del FN y abriría la batalla sucesoria por el liderazgo al que aspira Bruno Mégret, número dos del partido y teórico lugarteniente de Le Pen. Para conjurar ese riesgo, para cerrarle el paso a su sinuoso lugarteniente, el presidente del FN pretende colocar a su esposa Jany al frente de la candidatura europea, pero está todavía por ver si puede imponer esa decisión frente a un Mégret despechado, que ha ido ampliando día a día el frente de adhesiones internas.
La otra alternativa, para la que bastaría la interposición de un recurso de casación que paraliza la aplicación de la sentencia dictada ayer, entraña el riesgo de que Le Pen se vea obligado a cumplir la pena de inhabilitación en vísperas de las elecciones presidenciales en las que el jefe del FN cotiza siempre muy alto.
Mientras el líder del FN sopesa una y otra opción, el FN se lanzó ayer tarde a una campaña de "denuncia" del pretendido "acoso judicial" y de apoyo a la figura de su máximo jefe. Cuarenta mil carteles fueron distribuidos anoche a los militantes mientras un coro de voces de dirigentes del FN expresaba su pretendido "escándalo" ante la sentencia. Fiel a su estilo, Le Pen proclamó ayer que el fallo del tribunal de Versalles le parecía "viscoso". Con anterioridad, había hecho gala de su talante provocador invocando a la posibilidad de una "gracia presidencial". Es sabido que el presidente Jacques Chirac ocupa un lugar destacado en el extenso catálogo de odios personales que cultiva permanentemente el líder del FN.
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