Almunia llevará al Comité Federal del sábado su conflicto de competencias con Borrell
El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, apostó ayer por que sea el Comité Federal del próximo sábado la instancia donde se resuelva el choque de competencias entre él y el candidato a la Presidencia del Gobierno, José Borrell. Con esta apelación da por sentada la dificultad de que el contencioso entre ambos se resuelva antes de la reunión del máximo órgano de dirección socialista, pese a lo que les pidieron anteayer los secretarios regionales. El candidato se reafirma en el principio que emana de las elecciones internas que ganó en marzo. "No hay ningún debate sobre el liderazgo, ya que éste lo ejerce, como es lógico, quien ganó las primarias", enfatizó. Los barones se preparan para intervenir.
Almunia y Borrell mantienen su pulso y todo hace indicar que tendrá que ser el Comité Federal del sábado quien resuelva el conflicto de competencias. El candidato, no obstante, asegura que está dispuesto a paralizar la creación de plataformas de apoyo territorial a su proyecto, iniciativa que había levantado absoluta desconfianza en los dirigentes regionales del partido, que iban a pedirle expresamente que desistiera de promover esas "estructuras paralelas".La idea generalizada entre los barones es la de que Almunia tiene que ceder la representación política y social a Borrell, y el candidato, a cambio, tendría que disolver su Oficina y confiar en la Ejecutiva Federal y en los aparatos regionales y provinciales del partido. El director de la Oficina del Candidato, Luis Yáñez, afirmó ayer que si Borrell es reconocido como auténtico líder del partido, inmediatamente trasladará su lugar de trabajo a la calle Ferraz de Madrid, sede central del PSOE, y todos sus colaboradores se instalarán allí.
El día empezó ayer mal para los socialistas. La jornada anterior había terminado con la petición de los secretarios regionales a Almunia y a Borrell para que alcanzasen un acuerdo antes de que el Comité Federal se reúna el próximo sábado. Se trataba de que comparecieran ante el máximo órgano de dirección del partido con el conflicto ya solucionado. Fuentes próximas a Borrell aseguraron que el candidato tenía intención de ponerse pronto en contacto con Almunia para fijar una cita. Pero horas antes, por la mañana, Almunia hacía unas declaraciones que sumían a los diputados de su partido en un profundo desánimo. "Me gustaría que el Comité Federal asumiese la responsabilidad de dirigir el partido y cómo lo deberíamos hacer quienes tenemos la responsabilidad de personificar a esa dirección; espero que el Comité Federal tome una decisión y que sea definitiva", dijo Almunia.
Su apelación al Comité Federal vino precedida del recordatorio de que fue ese órgano el que en mayo aprobó el documento con el reparto de funciones de cada uno. No olvidó Almunia precisar que ante el Comité Federal presentó su dimisión como secretario general, al perder las elecciones primarias, y que tuvo que ser convencido para que continuara en su puesto. Borrell fue el primero que le pidió que no dejara la secretaría general.
Estas alusiones a su intención inicial de dimitir, decisión que llevaba aparejada la convocatoria insoslayable de un congreso extraordinario, llevaron a los periodistas a preguntarle a Almunia, en conversación informal, si estaba pensando de nuevo en renunciar al cargo. Almunia aclaró que no. Las personas de su entorno afirman que el secretario general socialista pretende que el Comité Federal le diga si mantiene o no las responsabilidades que un día le dio, entre las que se encuentra la representación institucional del PSOE, que ahora reclama Borrell. Entre los partidarios de Almunia en las primarias empieza a ser criticada su resistencia a ceder el protagonismo político al candidato a presidente del Gobierno, cuando va a ser éste quien tenga que pedir el voto a los ciudadanos. Eso sí, Almunia debe ceder, y Borrell debe confiar más en las estructuras del partido.
Congreso extraordinario
Nadie quiere un congreso extraordinario, pero son ya muchos los que temen ese final si las cosas siguen así. Los mismos que opinan que realmente lo único que frena la celebración de ese congreso es la proximidad de las elecciones municipales y autonómicas, que se celebrarán en junio de 1999. Todavía quedan tres jornadas para que Almunia y Borrell intenten llegar a un acuerdo, a sabiendas de que toda la organización está en vilo observando sus pasos y haciendo votos para que se entiendan. En todos los comentarios hechos ayer en los pasillos del Congreso de los Diputados se invocaba de manera permanente a los ciudadanos, dando a entender que con estas cuitas internas muchos votos potenciales se desvanecen.
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