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FÚTBOL: Décima jornada de Liga

"No puedo controlar el entorno"

Van Gaal dice que no puede aislar al vestuario de la presión y pide apoyo ante el Tenerife

Cercado por la crítica, con un pie fuera de Europa en el año del centenario y con un entrenador vapuleado por las encuestas, el Barça regresa esta tarde al Camp Nou en busca de una victoria terapéutica que alivie tanto desgarro (17.00, pagar por ver). No tienen los azulgrana otra salida: ganar al Tenerife, a ser posible por goleada, para calmar la ira. "Sí, me acuerdo", admitió ayer Louis Van Gaal con una leve sonrisa cuando se le recordó que fue precisamente ante el Tenerife cuando recibió su primera pañolada en el banquillo. Fue por cambiar a Iván de la Peña por Couto a los 30 minutos. "Pero acabamos ganando", remachó el holandés. "Espero que tengamos 10 minutos iniciales buenos para que no salgan los pañuelos y lleguen los pitos", dijo Xavi, el canterano de 18 años, que conoce bien las palpitaciones de su estadio.

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Así vive el Barça: en estado de convulsión permanente desde que en los minutos de descuento casi rompió su pasaporte para cuartos de final en la Liga de Campeones y renunció al liderato en el Carlos Tartiere ante el Oviedo, equipo que tres días después quedó apeado de la Copa por uno de Segunda. "Yo no puedo controlar el entorno. Puedo hacerlo dentro del club e influir en los jugadores y en los miembros del cuerpo técnico, pero no fuera", dijo ayer el técnico holandés tras el entrenamiento. "Cuando pierdes dos partidos consecutivos, el equipo y el entrenador reciben mucha presión, y el entorno puede influir. Pero ésta es la vida en un club como el Barça. Hace un año manejamos este problema. Tengo confianza, pero necesitamos que el público sea el [jugador] número 12".

Fue el de ayer un Van Gaal muy tranquilo, muy dialogante, muy metido en el partido ante el Tenerife y que volvió a burlar -"no busco polémicas"- las críticas de Johan Cruyff por decir que juega al contraataque. No es éste tampoco el mejor momento para expresar su carácter. Pese a que tiene las encuestas abrumadoramente en contra, no se siente ante ningún ultimátum. Vive bajo el enorme paraguas del presidente, Josep Lluís Núñez, y ahora busca apoyos. Van Gaal dijo que no quiere controlar a la prensa, pero, en cambio, ayer lanzó otra vez guiños de complicidad al público y al vestuario, en un intento de acallar cualquier hostilidad.

Tanto es así, que el técnico ni siquiera se rasgó las vestiduras cuando se le planteó la alternativa de la autogestión. "Yo sólo tengo el descanso para corregir y puedo hacer cambios. Son los jugadores que entran quienes tienen que transmitir las nuevas instrucciones, y no siempre es tan sencillo. Lo mejor es que 11 jugadores compartan una idea del equipo. Eso es fantástico y eso es autogestión. El entrenamiento del viernes, por ejemplo, fue fantástico. Todos los jugadores estaban comprometidos. El último objetivo de un técnico es que los jugadores decidan por sí mismos". Y acabó con una reflexión sobre el líder que necesita: "Con un líder es más fácil transmitir las instrucciones. Con Guardiola sería más sencillo; pero él no es un salvador, es un jugador".

Con el alta de Reiziger, Van Gaal convocó a 18 futbolistas para el partido de hoy. No se prevé que haga cambios en la alineación. Seguramente, alineará a los mismos hombres que jugaron en Oviedo. Celades, pese a que ésa no es su posición natural, regresará al lateral. Rivaldo y Figo ensayaron ayer, sin demasiado acierto, el lanzamiento de los penaltis. No llega al Camp Nou el Tenerife en mejor estado de ánimo que el Barça: empató ante el Valladolid y ocupa la 14ª posición en la tabla. Curiosamente, se muestra más peligroso lejos de las islas que en casa: no ha ganado en el Heliodoro Rodríguez, pero, en cambio, fue capaz de hacerlo ante el Oviedo y el Villarreal. Juan Manuel Lillo, técnico del equipo isleño, no lo tiene fácil: tiene las bajas de Felipe, Juanele y Vierklau, por lesión, y de Jokanovic, concentrado con Yugoslavia. Las cuatro ausencias se suman a la larga lista de lesionados desde hace tiempo que componen Kodro, Julio Llorente, Ballesteros, Pinilla y Happal. Lillo, que ha tenido que convocar a dos jugadores del filial para completar la convocatoria, no se fía porque teme que tantos partidos perdidos por el Barça pueden transformarse al final en un arma de doble filo.

Barcelona: Hesp; Celades, Abelardo, Pellegrino, Sergi; Xavi, Giovanni, Cocu; Figo, Anderson y Rivaldo.

Tenerife: Unzué; Antonio Mata, Pablo Paz, Alexis; Dani, Slovac, Emerson, Robaina, André Luiz; Domingos y Makaay.

Árbitro: Ansuategui Roca.

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